Sequía agronómica

28 ago 2017 / 11:25 H.

El agua es un input fundamental para diferentes actividades económicas y para nuestra agricultura de regadío. La alternancia de períodos secos y húmedos típicos del clima mediterráneo, con episodios de sequía como los que estamos padeciendo, tienen unos efectos graves en los ecosistemas. En Andalucía, la agricultura de regadío es la actividad de mayor consumo, con un 81% de la demanda total de agua. Conociendo los datos de agua embalsada, las cifras son muy preocupantes, por lo que debemos de gestionar mejor este recurso, para garantizar sus funciones productivas y ecológicas, también en épocas de vacas gordas. El consumo agrario de agua no ha dejado de crecer, por lo que los ahorros con las mejoras tecnológicas y los esfuerzos del sector han sido neutralizados por el incremento de superficie. Es el olivar de regadío el que garantiza un cosecha de aceituna dada la sequía que tenemos asentada, el secano no tiene sus necesidades de agua cubiertas, presentando toda la sintomatología de estrés hídrico y con pocas posibilidades de mejorar, si las precipitaciones no hacen acto de presencia.