Seguridad jurídica y semáforos

11 dic 2017 / 08:59 H.

La seguridad jurídica, principio que pasa inadvertido entre grandes valores como la libertad, la igualdad, la justicia o el pluralismo, cuando falta puede producir efectos devastadores; lo hemos visto recientemente en Cataluña: temor de las empresas, cautelas del turismo o pérdida de la Agencia del Medicamento. Sin seguridad, certeza y previsibilidad de la Administración por cauces legales nace la arbitrariedad. Puede parecer inadecuada por grandilocuente la reflexión anterior para un tema menor como el de los semáforos, que ya ha ocupado esta columna. En todas partes los colores están en su sitio y abren y cierran alternativamente a vehículos y peatones, para ello nacieron hasta el invento del ámbar y las flechas, que son un sí pero no y el cambio de lugar de los colores. En Jaén muchos son así; con luz verde al peatón no dan roja al vehículo sino ámbar destellante invitándolo, al menos, a dudar. Puede parecer banal pero tiene su enjundia; a los nativos, acostumbrados, nos pasa desapercibido, pero los visitantes se sorprenden por generalizado e incluso que alguno abra en verde a la vez a peatones y vehículos. Sin seguridad técnica el dilema se resuelve por la ley del más fuerte y cesión del más débil, el sufrido peatón, of course.