Secesionismo para niños

08 sep 2017 / 11:06 H.

Papá, ¿qué es eso que está pasando con Cataluña?”, me pregunta impulsada por esas ganas irrefrenables de descubrir propias de sus nueve años, mientras permanece recostada en el sofá y con la habitual resignación de que a las tres toca informativo sí o sí. “De forma resumida, que algunos catalanes quieren dejar de ser españoles”, contesto intentando zanjar rápido la conversación, con un oído puesto en los argumentos aportados por Rajoy que están siendo desgranados en una noticia. Pero mi intento es en vano. Una pregunta lleva a otra y se encadenan los interrogantes en una espiral sin fin. Procuro explicarle de forma sencilla conceptos que van apareciendo en la conversación, como nación, democracia o referéndum. Su interés ha ido en aumento e incluso se ha incorporado. Surgen dudas con las que no puedo evitar una sonrisa —“Y si se van de España, ¿adónde se van?”— y otras que muestran un sentido común aplastante, a pesar de que muchas de las ideas claves en la conversación escapan de su concepción del mundo. Sin más preguntas que hacer, sentencia: “Pues esto tiene una solución muy sencilla: ¡Que cumplan la ley!”, dice mientras recobra la posición horizontal y suspira impaciente aguardando el final del informativo.