RIP el carnaval jaenero

11 feb 2016 / 09:46 H.

El Carnaval es una explosión de color, música y alegría que se marchita en un soplo. Por desgracia, esta fiesta en Jaén está cayendo en picado, solo intenta mantenerla una federación de Peñas de Carnaval que se están dejando el alma en continuar con el concurso de coplillas, aunque ya no les quedan fuerzas para seguir luchando en solitario organizando el carnaval de calle, que para mí es el auténtico Carnaval del pueblo. Ahora que parece que algo está cambiando en Jaén, sería el momento de implicar a los colectivos que revitalizan Jaén como son las asociaciones de vecinos, hosteleros, musicales, de danza, etcétera, para que se unan y potencien esta fiesta, ya que está visto que desde el Ayuntamiento no se mueve un dedo por reactivarla. Recordando mis casi 20 años en mi Peña del Cigarrón aquí dejo estas letrillas para un pasodoble: “Cuchi como está Jaén, como el centro ha quedado, con destrozadas aceras de resbalones y llantos, con unas vías olvidadas de un tranvía caricato, que quería mostrar progreso y solo vergüenza ha dado. Con un ‘Parque la Victoria’, cuyo nombre han cambiado llamándolo el de ‘La Concordia’ y en ‘discordia’ se ha quedado, con estanque repugnante igual que su suelo y bancos, que ha cambiado las palomas por ratones y borrachos. Mi Jaén es más que esto, son plazoletas, son barrios, son cuestas con vida propia, son contraluces, son cantos, son aromas, son silencios, son... yo no sé cómo explicarlo. Hay que andarlo, hay que vivirlo y te quedas enganchado. ¿Conoces la calle Elvín, Reventón, Cuesta los Caños, Molino de la Condesa, Jabonera, Puerta Martos, Ataúd, Remojadero, Ropa Vieja y Vicario? Nada más que con los nombres ya te han dejado prendado. Dirás que conoces algunas pero que son de otros barrios y que no te queda tiempo para andar callejeando. Pues te invito a una experiencia única y con mucho encanto. Cógete un callejero, zapatillas y un buen trago de ganas de impregnarte de ese duende que te hablo, y te aseguro jaenero, que no saldrás defraudado, sorprendiéndote de ver lo que tenías a tu lado, pasando al lado mil veces y sin haberlo mirado”.