absurdo

03 ago 2017 / 10:29 H.

Leí un artículo de un musulmán europeo que es disidente de interpretaciones rigoristas referentes a esta religión. Defiende que el islam no es una religión violenta, intransigente y vengativa sino que es tolerante, compatible con la época actual y el modernismo, que su advenimiento vino a superar la radicalidad y la intolerancia intrínsecas a las otras dos religiones “del Libro”. Particularmente no comprendo ni la práctica ni el fundamento religioso que se manifiesta respecto a la mujer musulmana. Veo por nuestras calles transitar a familias de origen magrebí o árabe en las que ellos van cómodamente vestidos a lo occidental, veo a sus chiquillos o chiquillas también con ropa cómoda y adecuada a la estación, y veo en contraste brutal a sus mujeres que no pueden, ni deben, disfrutar de prendas aptas para las zonas por las que andan o viven. Ocultan a esas mujeres de la vista de, se supone, las miradas lascivas y ansiosas, pecadoras, de los hombres (¡ah, los burkinis!). Son esclavas de una religión absurda en sus interpretaciones y prejuicios, fuera de los tiempos.