Recuerdos de San Lucas

Cuentan los mayores que la Feria de San Lucas antiguamente se ceñía a unos cuantos puestos en la actual Plaza de la Constitución, y un baile con orquesta en una piscina que por lo visto había por Los Jardinillos. Cuentan otros menos mayores, pero ya no jóvenes, que sus recuerdos de las Ferias de San Lucas estaban manchados del barro que dejaban los aguaceros en los zapatos, del aroma de las tardes en el tristemente desaparecido hípico, de las dos torres que flanqueaban la entrada al antiguo ferial, del Teatro Chino de Manolita Chen, de la mujer serpiente, de las hermanas Colombinas, del monstruo de Nicaragua, de las noches de viento o de los bajos que en la Avenida de Granada se habilitaban como casetas. Hoy San Lucas es diferente; parece una Feria más andaluza y menos castellana. Todo es distinto. Bueno, todo o casi todo, porque si algo une a los jiennenses es el pensamiento de que, sin ser esta la mejor ciudad del mundo para vivir, reconociendo sus carencias, variadas y abundantes, y sin ser esta la mejor Feria de España, la visita a Jaén por San Lucas, estés donde estés, es una obligación más de las muchas que tenemos en la vida.