Recuerda que te quiero

29 ago 2018 / 12:01 H.

Me pregunto cuándo dejamos de ser respetuosos con nuestros mayores. Un respeto que va más a allá de cederles el asiento en el autobús o de llamarlos de usted, que también. El respeto que significa tenerlos en cuenta, hacerles un hueco en nuestra vida, escucharlos y quererlos. Ser viejo no está de moda, nuestra sociedad gasta una gran cantidad de dinero en parecer más joven: cremas, tratamientos de belleza, moda... El mensaje siempre es el mismo: hay que combatir la arruga y todo lo que representa. Ansiamos vivir nuestra joven vida a gran velocidad, sin entender que algún día seremos como ellos. Que nuestra piel se cuarteará en arrugas, nuestros huesos serán frágiles y nuestra mente, que es lo peor, dejará de ser nuestra. Me asomo a los ojos de mi padre, un nonagenario con principio de demencia senil, y aún veo el brillo de la persona que me alzaba en brazos y me contaba cuentos al calor de la lumbre. Cuidarlo me enseña que el amor traspasa los límites de la memoria, que aunque no sepa en el día que vive o dónde está su casa, puede reconocer el amor que le prodigamos. Recuperemos el respeto y el cariño por esos ancianos que tanto nos enseñan.