¿Quieres
que te cuente un cuento?

Quieres que te cuente el cuento de pan y pimiento...? Mil millones de veces hemos escuchado esta frase; parece que la hicieron especialmente para la gente de Jaén. Y es que después de no sé cuántos años seguimos igual. Un tranvía que no funciona, dos centros comerciales (con carteles publicitarios) que no terminan de arrancar, una rotonda que se hace por partes, un museo que ya he perdido la cuenta de si se abre o no, institutos a medio hacer, terrenos cedidos para otros cuantos, piscinas en reformas... y así un largo etcétera que creo que no terminaría nunca. A los de Jaén nos pasa una cosa muy curiosa, y es que primero hablamos y ya después, si eso, lo hacemos porque, claro, hablar es gratis pero ya ejecutar las obras y mejoras, eso es otra cosa.

Ahora parece que la moda está en peatonalizar el centro de la ciudad, que la verdad, no voy a entrar si está bien o no. Pero que creo, que antes de empezar con las obras y chapuzas como la de la calle Álamos, debemos pensar en cómo vamos a desviar el tráfico, dónde se van a colocar los taxis y autobuses a partir de ahora, y después de tenerlo todo perfectamente estudiado y proyectado, pues lo hacemos.