Querido tranvía, no desesperes

Los Presupuestos de la Junta de Andalucía para 2018 contemplan una partida para el tranvía de Jaén >> No se pueden lanzar las campanas al vuelo cuando la política está por medio (y el Ayuntamiento en ruina) pero ya queda poco para verlo andar >>

15 oct 2017 / 11:22 H.

Tranvía de nuestros sueños y desvelos, ya te queda poquito. Y es de verdad. Pronto estarás en las calles; es una monótona vida la que te espera, pero será en compañía. Pronto dejarás la soledad de las cocheras, el polvo de la desconsideración y el desprecio y lucirás guapo como epíteto de la modernidad jaenera. Lo que son las cosas, de diana política barriobajera a excusa perfecta para que la Unesco declare la Catedral de Jaén como Patrimonio Mundial de la Humanidad (hará falta también una limpieza acorde de los entornos catedralicios y acondicionar el solar). No hay explicación lógica a que lleves casi 2.500 días encerrado, tampoco la política tiene lógica, pero es que un servicio público que no se pone en marcha es derroche y el derroche debería estar penalizado. Y lo está, menos en Jaén, curioso. Pelillos a la mar, lo importante es que suena la música y pronto sacaremos el champán.

No eres un lujo, ni una manía. Apareciste porque estabas de moda en Europa y a la Europa de las ciudades habitables y sin humo debemos mirar desde Jaén. Cuando inicies definitivo tu trayecto de sube y baja por el Paseo de la Estación, descongestionarás de coches una arteria principal de la ciudad y respiraremos mejor, que el aire que respiramos, pese a tanto olivo alrededor, es de los peores de España (¡con tan solo 115.999 habitantes). Además, tranvía deseado, las visitas a la capital serán más frecuentes desde los pueblos de alrededor y también los lejanos, porque cogeremos el coche para ir al cine o de compras desde Mágina o Segura, desde El Condado o la Campiña y lo dejaremos a las puertas de tus cocheras, en ese aparcamiento fantasma que gasta luz cada noche. Hay quien no te quiere, pero no tendrá más remedio que asumir la realidad de una infraestructura pública que nace deficitaria, como todas, no hay una sola que dé beneficios, que el bien de todos no se mide por ahí. Y dolerá reconocerlo, querido tranvía, pero la ciudad cambió contigo, la entrada por la carretera de Madrid de alquitrán y cemento dio paso a un Bulevar que se ha convertido en icono fotográfico de esa Jaén moderna y cuidadosa con lo histórico que tanto anhelamos.