¿Qué pasa con la Filosofía?

Desde que aquel ministro dijo que “en España sobra metafísica y falta ciencia”, disciplinas como
la Filosofía tienen escasa presencia en los currículos educativos. Como
si la “metafísica” fuese enemiga de la ciencia. La historia del pensamiento
está plagada de nombres de filósofos —Pitágoras, Platón, Galileo, Descartes, Leibniz, Bertrand Russell...—, que han hecho grandes aportaciones a las matemáticas y a las ciencias.

La tristemente famosa Ley Wert, la Lomce, laminó la Filosofía en nombre del utilitarismo. La nueva ley que, en estos momentos, se gesta en el Parlamento, podría ser la oportunidad para apostar por una formación filosófica integral. Se trataría de recuperar la Ética en cuarto de la ESO y crear un ciclo completo de Filosofía en Bachillerato.

Pero el texto del proyecto de la Lomloe solo contempla una asignatura de Valores en tercero de la ESO y mantiene las actuales materias en Bachillerato. No se contempla ciclo de Filosofía y los estudiantes que opten por FP o abandonen al terminar la ESO no habrán estudiado en ningún curso Filosofía, en diez años de permanencia en el sistema.

Las redes sociales y la digitalización, las desigualdades sociales y la igualdad de género, los conflictos interculturales, los dilemas bioéticos o la ética ecológica, constituyen un reto importante en la formación de nuestros jóvenes. Un aprendizaje basado en el diálogo, la argumentación racional y la reflexión crítica, necesita de la formación ética y filosófica. Eliminar la Ética de cuarto de la ESO es negar a los jóvenes una formación rigurosa en filosofía moral, en línea con lo que la sociedad demanda: comportamiento ético y responsable con asunción libre y crítica de los valores, tanto en la ciudadanía como en los dirigentes.

Un filósofo español, muy reconocido en
Europa, Baltasar Gracián, apelaba ya
en el Siglo de Oro, a la “filosofía
cortesana”, esa que enseña a saber
vivir e impulsa deseos de conocimiento y libertad imprescindibles en “la escuela de hacer personas”.