Puertas automáticas

Especialmente, en estos días de tórrido calor, en los que andar por la calle es toda una proeza, me asalta una gran indignación cuando paso cerca de la puerta de acceso de algún comercio. A más de cuarenta grados en la calle, al pasar por algunos comercios ubicados en el centro de Jaén, notas un inesperado y vergonzoso fresquito, porque las puertas de acceso al local comercial de turno, no son automáticas y permanecen abiertas durante todo su honorario laboral. Igual ocurre, pero al revés, cuando en plena temporada invernal, las puertas en cuestión se encuentran abiertas todo el tiempo, dejando salir a la calle el calorcito que se obtiene con la calefacción instalada en su interior. A la vista está que a esas franquicias les sobra el dinero y en lo último que van a pensar es en ahorrar en climatización, pero no se trata ya de la capacidad económica de cada negocio, sino de hacerse eco de valores más amplios como ahorro energético y cuidado medioambiental. En agosto de 2022 se publicó el real decreto para el plan de ahorro energético que obligaba a los edificios y locales con acceso desde la calle, a tener un sistema de cierre de puertas automáticas, con el fin de impedir que estas se encuentren abiertas permanentemente. Así todos los comercios, negocios o locales cuya salida esté a pie de calle deberán disponer de un sistema especial de cerrado de puertas. Sin embargo, hace ya un año de la entrada en vigor de esa obligación, y en nuestra ciudad no parecen que se hayan dado por aludidos algunos comercios. ¿Hasta cuando se les va a permitir seguir incumpliendo la ley y su insolidaridad? Es sorprendente que ese decreto daba de plazo para su adaptación a la normativa legal hasta el 30 de septiembre de 2022, y un año después, seguimos como estábamos. Después nos quejamos de frecuentes olas de calor intensas, de sequía extrema y de clima inestable.