Por un compromiso constante

27 dic 2017 / 09:28 H.

Inmersos en plenas fiestas navideñas, quien bien me conoce sabe que detecto ese halo de bondad que a todos nos envuelve en estas fechas y que parece que olvidamos el resto del año. Por ello aplaudo a quien regala su tiempo en favor de los más necesitados en cualquier época del año y, si lo hace no de forma esporádica, sino como algo integrado en su proyecto de vida, entonces es para quitarse el sombrero. No sé hasta qué punto los buenos deseos que mutuamente nos deseamos son sinceros, y si realmente calan en nosotros esos mensajes tan bonitos que circulan por las redes sociales. Más bien creo que nos dejamos llevar por todo lo que nos rodea y de forma automática recibimos y contestamos. Esto no quiere decir que no estén bien todas las buenas intenciones que por nuestras mentes pasan y compartimos, pero estaría mejor que nos llevaran a un compromiso más constante durante el resto del año, cada uno según sus posibilidades y valías. Uno de los mejores ejemplos de voluntariado constante durante todo el año lo tenemos en Cáritas. El pasado domingo pudimos disfrutar en las páginas de Diario JAÉN de cómo Cáritas ejerce una labor encomiable en el Centro de Día de Santa Clara y en el Comedor Social de Belén y San Roque de nuestra capital. Me llamó especialmente la atención el que allí hubiera voluntarios por “prescripción médica”, puesto que el ambiente es ideal para recuperarse de ciertas situaciones difíciles; ya se sabe, se recibe más de lo que se da. Estoy plenamente convencido de que las personas que de forma sistemática dedican parte de su tiempo a ayudar a los demás están más preparadas para afrontar esas situaciones difíciles que a todos nos llega, tienen más resiliencia. He nombrado a Cáritas, pero son muchas las instituciones o asociaciones que durante todo el año demandan manos para atender a colectivos muy necesitados. Ojalá que estos buenos deseos que nos intercambiamos durante estos días se vayan transformando en compromisos que construyan un mundo más humano y civilizado. Nos cuesta ponernos en el lugar del otro pero, y si fuera al revés, ¿qué trato nos gustaría?