Políticamente incorrecto

21 nov 2018 / 11:39 H.

Nos encontramos, de nuevo, en plena campaña electoral y, pese a que en los últimos tiempos la visita a las urnas ha sido demasiado frecuente, sin embargo, los variados candidatos parecen no haber aprendido nada de tantas votaciones anteriores. Vociferan, prometen, alardean, acusan, olvidan, pero no aportan nada más. Pareciera que ellos mismos se han cansado de estar donde están y de hacer lo que hacen, y se reconocen incapaces de renovarse, de crear una nueva forma de hacer política que no sea la de limitarse a esperar que alguien la pifie más que ellos mismos. Y ante tanta desidia por su parte, tanto aburrimiento y desinterés, la ciudadanía permanece, estoicamente, siendo fiel cumplidora de su obligación de votar, pues no solo es su derecho. Y mira que lo intentan, los partidos políticos, todos, aburrirnos y cansarnos del cumplimiento de nuestra responsabilidad electoral, una y otra y otra vez, pero ahí estamos nosotros, resistiendo. Incansables, tenaces, inagotables. Y eso, pese a que ha llegado ya un tiempo, o quizá una edad, en la que los idealismos se han diluido en parte para vivir más en consonancia con el pragmatismo. Los ciudadanos estamos más interesados por la realidad de los hechos que por las promesas reiteradas. Especialmente, porque los compromisos, si se prolongan en el tiempo, se evidencian en compromisos incumplidos y el efecto obvio es la pérdida de confianza en quien tantas veces nos engañó. ¿Para cuándo unas elecciones al modo de evaluación continua de los centros escolares? Con obligación de cumplir lo prometido, no solo lo que dure la campaña electoral, sino hasta la finalización del curso, de la legislatura. O, ¿para cuándo unas elecciones por puntos, al estilo del carné de conducir? Y si pierden todos los puntos, por incumplimiento de lo programado, se impone la obligación de volver a la casilla de salida, con penalización de un tiempo sin jugar, sin presentarse a elecciones. “Mira que lo intentan, los partidos políticos, todos, aburrirnos y cansarnos del cumplimiento de nuestra responsabilidad electoral”.