Política a la carrera

13 ene 2018 / 10:56 H.

El alcalde de Jaén esprinta de cara a la San Antón y alterna sesiones cortas (barrios) con tiradas más largas (Madrid) para mantener la fibra y a buen tono el liderazgo político. De la capital se trae Javier Márquez el “regalo” de la estación intermodal con el que pretende dibujar el futuro de la ciudad, un esbozo que requiere de mucho contenido y consenso para que tenga valor “per se”. El panorama financiero, sin embargo, es tan oscuro que se pinta en papel carbón. Ni se le pasó por la cabeza, que se sepa, cambiar de acera y de ministerio para preguntar cómo va lo suyo, lo nuestro. Los incumplimientos al plan de ajuste ya estaban heredados de Fernández de Moya, así que pide clemencia y comprensión para seguir tirando y si no hay que cruzar palabra alguna sobre el asunto, mucho mejor. Cosas de familia. Sobre cuentas pendientes y deseos de saldarlas, el consejero de Fomento, Felipe López, tildó al alcalde de filibustero, que es decirle pirata, pero sin cortejo, en sentido literal de ejercer el abordaje político. A cuento de unos millones del tranvía que el alcalde reclama como deuda de la Junta y que al consejero no le cuadran ni desde Sevilla. Parece que esa bala negociadora del regidor, de momento, tiene la pólvora mojada. Sentado a la mesa de “Jaén Merece Más”, a Francisco Reyes, como secretario general del PSOE, le exigieron más compromiso de la Junta con el desarrollo de Jaén, acabar con el discurso del “y tú más” y mediación para que Susana Díaz acuda a la cumbre sevillana. Tres deseos imposibles de cumplir a la vez, pero hay que pedir. Cara de póker puso el socialista y esgrimió lo que pone su partido a jugar en esta tierra y puso el foco en lo que, por ejemplo, dedica el dinero el PP. Lo de poner al mismo nivel a la presidenta con Sanz, el delegado del Gobierno, no el cantante, es un dueto que desentona para el líder socialista.

El que se ha marcado un solo, en mitad de la plaza de Linares, es el alcalde Juan Fernández al que el cuerpo le pide brega. Su oposición interna dentro del PSOE ya no se esconde y tiene candidato en Daniel Campos y él, harto de escarceos, desentierra el hacha de guerra con el cese fulminante de Pilar Parra y Luis Moya. No habrá paz para
“los malvados”... ni transición tranquila.

Se quitó la bufanda Rodrigo Rato con desplante torero, altanero él repartió estopa a su vieja guardia, con especial inquina a De Guindos y recados a Montoro, y matizó conceptos lingüisticos como corrupto, paraísos fiscales... Todo con flema y malaleche a partes iguales. El que también fuera ministro de Económica, Pedro Solbes —azote público de las fantasías presupuestarias de su jefe, Rodríguez Zapatero— también se quitó el abrigo y cantó las cuarenta sobre la crisis que ya recitó en su día, lo cual tiene más mérito. Ambos se desnudaron, solo un poquito, porque es sabido que las comisiones de investigación en España tienen menos boato que una romería. Son formatos largos, pero en los que el compareciente no suda. Eso no es ejercicio democrático. Su testimonio sobre la resaca del rock and roll banquero e inmobiliario coincide en el tiempo con la absolución de la anterior cúpula directiva de Abengoa. Las indemnizaciones millonarias de su presidente y consejero delegado, con 11,5 millones y 4,5 kilos, respectivamente, son perfectamente legales por contrato según la Audiencia Nacional, aunque las cuentas de la firma estuvieran y estén hechas unos zorros. Puede que ustedes interpreten la sentencia como que España sigue de fiesta —quizá en un “after hour” financiero— y estamos en la penúltima ronda o que, a partir de este día, todos los contratos se cumplirán y, de lo contrario, cualquier españolito llegará hasta la Audiencia Nacional para que le den la razón. Idílico país.