Poetas santistebeños

17 ene 2017 / 13:50 H.

Francamente, nada más que por estar viendo la carrera de San Antón a través de la pequeña pantalla, aún estoy que me duelen todos los huesos. Enorme mérito el de esos miles de corredores, de todos los sexos y edades, que tomaron la salida y, mucho más de los que tuvieron la fuerza, el tesón de llegar a la ilusionada meta, para la mayoría, todo un triunfo. Fue una gran noche la del pasado sábado con esa multitudinaria fiesta que supuso la tradicional carrera y las aún más tradicionales lumbres.

Hoy es día de San Antón, pero no creo que el santo se sienta molesto por haber adelantado su agasajo un par de días. Las gentes le siguen venerando igual y confiándole la salud de sus mascotas. Que además de calentarse en las lumbres haya quienes quieran calentarse corriendo no es malo, sobre todo si nuestra ciudad se beneficia. Buena falta le hacen a Jaén alicientes como este que nos traigan centenares de visitantes. Es conveniente que en la vida haya distintas opciones para poder elegir y cada quien es libre de hacer aquello que más le gusta.

Tengo un amigo que no encuentra tiempo de aburrirse porque son bastantes las cosas que le compensan, al menos espiritualmente. Juan José Armijo Guerrero es un santistebeño que lo mismo pinta un óleo, que te hace la talla de un santo o la de una cachimba —a mí me regaló una que utilizo todos los días— o se pone a escribir poemas o historias de su pueblo, Santisteban del Puerto. Siempre que hablo con él, que es muy a menudo, me recuerda a otro santistebeño ilustre, el desparecido Paco Olivares Barragán, que dejó cientos de testimonios ensalzando las cosas bellas de su pueblo. Juan José sigue desde hace muchos años ese mismo camino. Es un incansable cronista de cuanto sucedió y sucede en Santisteban. De su historia, sus monumentos, su cultura, sus gentes.

Está a punto de terminar una nueva publicación, un libro que, bajo el título de “Flores de cantueso”, recoge una selección de poemas de los más destacados poetas nacidos en Santisteban o enraízados por lazos afectivos o laborales a ella. Decía que solo le faltaba el prólogo, que me encargó a mí, y ya lo tiene. Así que “Flores de cantueso” espero que salga a la calle muy pronto y que sea un éxito. Conozco así a la ligera su contenido y me parece que merece la pena leerlo. Todo le resultará gratificante. Bueno, todo menos el prólogo. Lo siento.