Paga extra de las pensiones

05 dic 2017 / 11:16 H.

Un año más, con diciembre y las pagas extras, llega la cantinela de la inviabilidad del sistema de pensiones y se responsabiliza y victimiza a los pensionistas por acabar con la hucha de la seguridad social. Convendría no seguir por ese camino del dramatismo y el pesimismo sobre el principal pilar de nuestro estado de bienestar, sino más bien por analizar de nuevo el sistema y aportar las reformas necesarias para que siga siendo sólido y de cara al futuro, garantice esa seguridad que todos esperamos tener cuando por edad o por enfermedad no podamos seguir activos en el mercado laboral. Me gustaría aportar algunos argumentos que nos permiten desdramatizar y romper algunos y mitos y prejuicios sobre nuestro sistema de pensiones, que en los últimos tiempos se repiten continuamente, con el único objetivo por parte del Gobierno y las empresas aseguradoras de debilitar el sistema público para fortalecer el sistema privado de pensiones.

El pasado 15 de noviembre celebramos un seminario sobre el tema desde Helpage España, y otras entidades de mayores, con expertos relevantes y lo primero que se puso sobre la mesa es que España, siendo la octava potencia mundial, no invierte lo suficiente en pensiones. Mientras la media europea es del 29,5% del PIB, España dedica solo el 25,4%. Hasta Grecia y Portugal dedican más presupuesto que España a las pensiones. Nos queda por tanto aún un trecho de gasto por destinar a pensiones, que no pondría en riesgo los presupuestos del Estado.

Conviene recordar, volviendo al tema de los mitos, que una de las mayores virtudes de nuestro sistema de pensiones es que es un sistema contributivo y solidario. Solidario intersectorialmente y por eso se compensa a grupos de cotización bajos, como las trabajadoras domésticas o los trabajadores del régimen agrario. Solidario intergeneracionalmente y solidario territorialmente, por eso es impensable romper la caja única, como pretenden desde hace tiempo algunos líderes catalanes. En España solo el 61% de las pensiones los son por jubilación; el resto, el 39%, son seguros de vida, es decir, son pensiones para personas que por accidente, enfermedad o discapacidad no pueden trabajar. Hay que tener en cuenta también que en España la cuantía de nuestras pensiones es baja en relación con otros países de Europa. La pensión mínima es de 637,70 euros, la pensión media es de 924,66 euros y la pensión media de jubilación de 1.068 euros. En definitiva, el 56% de las pensiones son de menos de 1.000 euros al mes. Actualmente, hay 2,12 activos por cotizante y en 2007 en el mejor momento del sistema, cuando hubo excedente y el fondo de reserva se incrementó a más de 70.000 millones, había 2,5 activos por cotizante, es decir, que el desplome no ha sido tanto. A pesar de todos estos datos, desde hace años se viene predicando que el modelo es insostenible, cuando la única realidad es que no solo no lo es, sino que es la única garantía de futuro de nuestro estado social, recogido en nuestra propia Constitución. La reforma del 2007 ya preveía cambios para adaptar el sistema a la nueva realidad. La de 2013 ha sido inadecuada. Está claro que, además del debate catalán, tenemos otros debates prioritarios sobre la mesa, que el gobierno y el resto de partidos deberían afrontar. Nuestro sistema público de pensiones requiere una reforma estructural, que permita devolver solidez, con las aportaciones suficientes por parte del Estado.