Otros no pagan

    14 nov 2023 / 09:40 H.
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    El pasado 30 de octubre publicaba Diario JAÉN mi periódica colaboración en la que, bajo el título de “El que gana paga”, ponía de manifiesto los altísimos beneficios generados por la gran banca española durante 2022 y los nueve primeros meses de 2023, lo que de alguna forma justificaba el gravamen temporal a las entidades de crédito aprobado por el Gobierno de España a finales del pasado año; un impuesto temporal para 2023 y 2024, aunque ahora se debate su prórroga e, incluso, su conversión en permanente. Concluía señalando que el impuesto ha sido perfectamente asumido sin riesgo para los bancos, habiéndose realizado una justa redistribución de rentas.

    Hoy me voy a ocupar de “los otros”, de los que no pagan. En efecto, son muchos, demasiados, los que sumergen su actividad para escapar al fisco, así como los que ocultan su renta y su riqueza en los paraísos fiscales. A este respecto, el Observatorio Fiscal de la Unión Europea acaba de publicar un Informe sobre “Evasión fiscal global 2024”, que sitúa en unos 12 billones de dólares —más de 9 veces el PIB español— el volumen de activos financieros registrados en paraísos fiscales. En España el Informe estima que se ha batido un récord, con más de 140.000 millones de euros situados en los mismos, la cifra más elevada de las últimas décadas y que equivale, aproximadamente, a dos veces el gasto anual en educación. Como ha señalado Gabriel Zucman, uno de los autores del Informe: “La evasión fiscal, el ocultamiento de riqueza y el traslado de beneficios a paraísos fiscales no son leyes de la naturaleza, sino que son el resultado de decisiones políticas o de la imposibilidad de tomarlas”. No obstante, hay que señalar que, en principio, no es ilegal poseer riqueza en territorios offshore —acciones, depósitos, bonos, etcétera—, siempre que se cumpla con las obligaciones fiscales en el país de origen, lo que no es precisamente lo habitual en estos casos.

    Además de la riqueza situada en los paraísos fiscales y que escapa al fisco, también debemos soportar lo que se denomina como “economía informal”, integrada por actividades que no se declaran a la hacienda pública en el país de residencia, tales como compraventa de bienes o servicios que se ocultan o jornadas de trabajo superiores a las cotizadas, entre otras muchas. Esta economía sumergida, según un Informe del Parlamento Europeo de 2022, supone un 17,6 por 100 del PIB de la UE, aunque sube hasta el 33,1 en Bulgaria o baja hasta el 8,2 en Holanda. España se encontraría por debajo de la media europea, con un 15,8 por 100 de su PIB en economía sumergida.

    En los últimos años se ha avanzado en la persecución de esta evasión fiscal, gracias al intercambio automático de información bancaria y a la colaboración entre los países a través de los organismos multilaterales —OCDE y UE—, aunque todavía queda mucho camino por recorrer. A este respecto, el Observatorio Fiscal de la UE pone de relieve el déficit fiscal de los megarricos -patrimonios superiores a los mil millones de dólares-, cuyos tipos efectivos de tributación se mueven entre el 0 y el 0,5 por 100 de su riqueza total. Para paliar esta flagrante injusticia propone un impuesto mínimo del 2 por 100 a nivel global para los milmillonarios, que estima en unos 2.700 con una riqueza total de unos 13 billones de dólares, lo que permitiría conseguir una recaudación de 214.000 millones.

    Como se puede observar, en España no vamos desencaminados en lo que respecta a procurar que el que obtenga beneficios pague los impuestos que le corresponden, tal y como es el caso de los gravámenes temporales a las grandes fortunas, a las eléctricas y a la banca. Es un paso y no cabe duda de que se debe seguir avanzando. El imperio de la ley, la educación y la conciencia social de que la evasión fiscal es un delito y va en detrimento de un mejor “estado del bienestar”, deben de ayudar a conseguir que “el que gane pague”. Por favor no utilicen la demagogia de que si no pagan es porque no se fían del destino de los recursos por parte de un gobierno que “no es de los suyos”, ya que cuando están los “suyos” también defraudan.

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