Otro año lluvia

En nuestro Jaén, es hablar de feria y colgar los carteles taurinos, cuando barrunta lluvia. Perdonó el domingo para no deslucir el adiós de un gran torero, pero el resto de los días son más frescos y tristes que de costumbre. Mirando el sábado como caía la lluvia pensaba en esta feria que se creó por Juan II en la Baja Edad Media, tiempo en el que las lluvias eran intensas y permanentes. Las penurias que pasarían los feriantes, especialmente los tratantes de ganado que, desde otros puntos del país, incluso de países cercanos, recorrían largos trayectos con agua y barro solo para realizar la compraventa de las bestias, muchas de las cuales ni aguantaban el trayecto. Y es que nunca llueve a gusto de todos, si no llueve efectivamente se necesita, pero si llueve en feria decimos: ¿No habrá días en el año? Por eso, piensen en nuestros antepasados y las dificultades que pasaban sin tener donde refugiarse en las ferias y comparen con la actual, donde disponemos de esas maravillosas carpas que si llueve estás cubierto, pero incluso que si hace calor tiene aspersores de agua para refrescar. Por eso, que llueva que lo necesitamos sea feria o no. Y, comiéndome un algodón de azúcar, me quedo en mi barrio.