Olvidadizos “hijos” de
los atlantes

Cada hallazgo de relevancia se siguió con el interés de un sorprendente serial en el que cada capítulo terminaba en alto. Se escribió y se habló mucho sobre Marroquíes Bajos y la trascendencia de un hallazgo único sin precedentes sobre los jiennenses de hace 5.000 años. Decían los expertos que se trataba de todo un hito arqueológico internacional. Se hicieron estudios y proyectos, pero el paso del tiempo enterró bajo maleza, jaramagos y olvido lo que en ningún caso había perdido un ápice de su valor. Hace una semana tuvieron que venir de fuera a decirnos que los jiennenses tenemos una joya olvidada y que bien podría cumplir el esquema de la Atlántida platónica —algo que, por cierto, ya estaba más que dicho—. Y la chispa prendió para que en la cabeza de los “hijos” de los atlantes se desatara el singular proceso de recuperación de la memoria. Esos mismos hallazgos, en otras latitudes, ya tendrían hasta un parque temático. Pero aquí estamos todavía casi en el punto de partida que nos llevará, con el paso de las lunas, a enterrar de nuevo un tesoro que puede ser fuente de conocimiento y riqueza bajo la espesa manta del olvido que todo lo cubre. Ojalá me equivoque.