Ofenden a los cristianos

08 mar 2017 / 12:02 H.

Con motivo de las fiestas del carnaval de Las Palmas, se ha podido ver una representación con interés especial en ofender y humillar a los cristianos. La crucifixión en sí podía alegarse que no es símbolo exclusivo de la iglesia católica y es cierto cuando desde tiempo inmemorial se ha castigado los delitos con esta forma de proceder. Ya fueron asirios los que ejecutaban a sus reos, pero fueron sin duda los romanos los que los llevaron a la práctica con mayor frecuencia. Interesaba sobre todo que el castigo no solo fuera ejemplar, sino que el reo sufriera lo máximo posible, “prolongando su agonía”. Sujeto con clavos en dos troncos de madera con forma de cruz latina se introducía los clavos en el carpo y entre la articulación de tibia y peroné, lugares que por ausencia de arterias evitaban que se desangrase y prolongase su muerte. Si bien la iconografía cristiana presenta la crucifixión de Cristo con los pies cruzados uno sobre otro, hay motivos para pensar clínicamente y documentalmente que los pies estarían paralelos al poste de la cruz. Diversas revistas de humor o satíricas tomaron el modelo de crucifixión para enojar o mofarse de diversos personajes. La revista Don Balón y Barrabás pusieron a Cruyff como modelo, más reciente es el caso de uno de los aspirantes al gobierno de Francia, Macron aparece crucificado en la portada de la revista Charlie Hebdo 1283/27/II/2017. En todos estos casos no podemos alarmarnos ni pensar que pueda tener relación con la muerte de Cristo. Tampoco sería posible pensar que ante imágenes de un ahorcado nos imaginásemos siempre a Judas (escultura del portal de la iglesia de Sangüesa). Pero el espectáculo representado en Las Palmas por un drag queen muestra interés especial en simbolizar a Cristo por la presencia de una corona de espinas y la lanzada en el costado de manos de Stefanton, y con la representación de la Virgen María que estaba presente en el Calvario con su hijo. No hay necesidad de ofender los sentimientos de nadie y no se puede aducir ni derecho de expresión ni expresión estética. Es una ofensa que asumimos con bastante dolor.