Nos sobran los motivos, pero callamos

10 feb 2017 / 11:12 H.

He seguido con cierto interés todo el devenir informativo que dieron de sí las protestas de los granadinos para revertir el nuevo modelo sanitario que se había implantado en la vecina capital. Hubo concurridas protestas —sorprendente que una, incluso, se celebrara en nuestro Jaén—, concentraciones y acciones llamativas. El final, ya lo conocen. Reculada de la Junta de Andalucía, dimisiones y nuevo diálogo hasta el principio de acuerdo de hace solo unos días. Reconozco que lo contemplo con cierta envidia y admiro la capacidad de movilización para luchar por lo que se considera justo, para protestar y llamar a las puertas que haga falta. Sin embargo, aquí, bailamos al son de una calma chicha que nos adormece y paraliza, que nos aletarga. Nos sobran los motivos para protestar, para exigir y demandar los pilares de un mejor futuro para esta tierra... Pero aquí no pasa nada. Los trenes se desmantelan, las carreteras se quedan en los papeles y los inversores ponen la lupa en otras latitudes mientras Jaén se desangra y se despuebla. Como guinda, el metro de Granada se inaugurará el 30 de marzo; nuestro tranvía seguirá en cocheras “sine die”. Y lo que te rondaré.