No aprenden

24 jul 2018 / 08:09 H.

Cada día, los políticos me dan más la razón, y eso me deprime, porque mi concepto de la democracia y de los partidos que la mantienen dista mucho de ser positivo y alentador. Cada día, con cada acto, con cada movimiento e intento, los políticos demuestran con más convicción que no les importa un huevo ni el presente ni el futuro de nuestro país. No aprenden absolutamente nada en ese sentido solidario de igualdad y bienestar para todos los ciudadanos. Hay que estar demasiado ciegos para no ver sus manejos, manipulaciones y ansias de poder partidistas, dejando al margen el interés común. No hay más que mentiras en las promesas que hacen y que olvidan en cuanto llegan al poder. ¿Y quieren que yo les avale con mi voto a que continúen arruinando España? No, ya hace muchos años que no acudo a las urnas y muchas cosas deberían cambiar en la Constitución para que me acerque a ellas.

Yo, hace 40 años, al principio de la democracia, votaba ejerciendo mi derecho de ciudadano. Mi voto iba a Adolfo Suárez, un político serio que no era de derechas ni de izquierdas, y a quien acabaron por derrotar los mismos que lo encumbraron. Luego, desaparecido de la política Suárez, voté al Partido Popular, hasta que muy pronto Aznar se encargó de convencerme de que estaba empleando mi voto en una mala política. Y se acabó. Estoy a la espera de que alguien llegue a la política con auténticos y creíbles proyectos, con verdad y con un veraz espíritu de igualdad para todos. Mientras, ya lo ven. El Partido Popular celebró por vez primera unas elecciones primarias para elegir a su presidente y, tras conocer el resultado que daba a Pablo Casado como ganador, tengo que escuchar, como todos los españoles, las palabras de la perdedora, Soraya Sáenz de Santamaría, declarando que lo que desea “es que Pablo Casado solo piense en el partido”. Y yo me pregunto: Y en España ¿quién piensa?

Pero por si esto no fuera suficiente para dejar claro que lo que prevalece por encima de todo es el interés del partido, el propio Pablo Casado, poco después, se dejó escuchar: “Aquí no hay ganadores ni vencidos. Aquí solo ha ganado el partido”. Siempre el partido. Yo digo que los políticos no aprenden, pero no es verdad. Los políticos saben demasiado y por eso solo buscan, por encima de todo lo demás, su propio bienestar y el de sus correligionarios. ¡Qué pena!