Ni es verde ni tiene trenes

01 oct 2017 / 11:45 H.

Camino de Alcaudete discurre ante mis ojos una línea uniforme entre olivares infinitos. Esa sucesión continua de puntos es la llamada vía verde, eufemismo utilizado para contentar al personal cuando se cierra una línea férrea. Por esa vía, donde hoy transitan caminantes, ciclistas y algún que otro jinete, no hace demasiado tiempo, en 1985, circulaban trenes con pasajeros y mercancías, eso sí que era ecologismo puro y duro. Nos han convencido, los gurús de la demagogia, de demasiadas cosas en este Jaén nuestro. Una de ellas fue, sin duda, que aquí el tren no era ni necesario ni rentable. Este argumento, cargado de sinrazones, vino muy bien para que otros territorios hermanos dispusiesen de trenes modernos. En Jaén faltaron, y faltan, estadistas de la política que no solo entendiesen el papel del ferrocarril, también que luchasen por ese medio de transporte, esencial en cualquier sociedad que quiera ser próspera. La plataforma, ahora vacía de traviesas y carriles, invita al paseo y la contemplación. Tenemos un trazado, entre verdes olivos, y carecemos de trenes. Meditemos.