Navidad en el siglo XXI

17 dic 2017 / 11:20 H.

Guste o no, la Navidad es hoy en día una fiesta más, por mucho que se empeñe la Iglesia en intentar hacer ver a la gente el lado religioso de estas fechas. La paganización de la Navidad es cada vez mayor y el sentido que antiguamente tenía ha sucumbido ante el gigante del consumismo. Como siempre, el dinero gana y marca las directrices de nuestra historia. Habrá quien viva estos días de manera diferente a como lo hace la mayoría, pero me temo que las tradiciones, más o menos grandes, han sucumbido al todopoderoso dinero, al negocio, al mercantilismo. Si nos damos un garbeo por el calendario, nos percataremos de que, no solo la Navidad es negocio, sino San Antón, la Semana Santa, las romerías, las celebraciones de santos o santas y todo aquello que celebramos. Todo es movido por el dinero, hasta el punto de que, en la mayoría de los casos, este ahoga el lado religioso hasta llegar a hacerlo prácticamente desaparecer. Por desaparecer, hay quien ya opta por suprimir adornos navideños relacionados con la religión católica y hacerlos más laicos, para no herir sensibilidades. De tontos está lleno el mundo, y esos, cuando la Navidad ya no recuerde en nada a lo que antaño fue, seguirán campando por estos mundos de Dios.