Metástasis franquista

09 dic 2018 / 11:09 H.

Fraga Iribarne lideraba reclamos para la afluencia de turismo a esta España, irremediablemente sola, se leía en media Europa el cartel publicitario “Spain is diferent”. Y así casi ha sido, o así lo creíamos hasta que se produjo el resultado de la convocatoria electoral de Andalucía, al menos en lo que concierne al mapa ideológico que se nos viene encima: nos cae el Vox emergente que iguala nuestro horizonte al de los demás países europeos en cuyos bajos se detectan más o menos extenso el virus del autoritarismo, el populismo xenófobo y excluyente respecto de los derechos de la mujer, tan trabajosamente obtenidos, las desmemoria de la memoria histórica, la negación de la Constitución... El dictamen de los politólogos y de la opinión de quienes en tertulias radiofónicas interpretan la realidad diaria de este país discrepan de cuáles han sido las causas de esta subida emergente en España de un partido de extrema derecha, que pudiera homologarse con las postulados de Marine Le Pen o de Salvini, o de Víctor Orban en Hungría, o con las pulsiones autoritarias de Polonia, Austria, etcétera. En algo coincide la mayoría: la patología social no es exclusiva de Andalucía y aparecerá en las próximas contiendas electorales. También los más cualificados, no dudan en identificar a Vox como del extrema, muy extrema derecha. En realidad, solo basta leer el programa de esta formación política (100 medidas para la España viva): se niega el Título I de la Constitución, es decir, la base dogmática de los derechos y libertades de los ciudadanos. Así, se reclama la “Ilegalización de los partidos, asociaciones u ONGS que persigan la destrucción de la unidad territorial de la nación y de su soberanía”, sin precisar que no puede ser objetable, en un Estado de Derecho, el que cualquier persona o colectivo mantenga las ideas que tenga por convenientes, siempre que la transformación de las mismas a la realidad práctica se realice con observancia de los procedimiento o procesos, constitucionalmente previstos. Se niega, con enormes impudicias, la Ley de violencia de género, se proscribe el que cada comunidad Autónoma pueda utilizar oficialmente su propia lengua, si la tiene, cercenando así la pluralidad cultural que es patrimonio de este país. Se ordena la “deportación de los inmigrantes ilegales a sus países de origen, suspender el espacio Schengen...”. Derogación de cualquier tipo de aborto. Y así un largo etcétera. Falta, aunque se presupone, la orden de que vuelvan los gobiernos civiles. Y, ¿qué ocurrirá en Andalucía? Hay que releer a D. Manuel Azaña, sobre sus reflexiones, acerca de la tentación totalitaria de la derecha. Personalmente pienso que habrá un gobierno de derechas, con el pacto del partido político Vox, pese a las recomendaciones que se le han hecho a C’s, desde Europa, sin que por estos se sepa apreciar que tales emergentes son como una metástasis del franquismo puro y duro, y que en próximas elecciones C’s irá cruzado con su propia música, como hacen los malos cantaores y como diría mi entrañable amigo Rafael Valera: “no vale, no van a compás”.