Me queda la palabra

28 ene 2019 / 11:56 H.

El pasado jueves asistí a la charla coloquio protagonizada por mi amigo Manuel Rodríguez, arquitecto de la Gerencia de Urbanismo de Jaén, desde aquí debo felicitarle por su claridad y concreción en sus palabras, que sin duda dio luz a cuestiones importantes para los vecinos asistentes, en sus frustrados procesos para legalizar sus viviendas en suelo no urbanizable. Pero sobre todo debo felicitarle por la transparencia, en su exposición, tan necesaria en la gestión municipal, y que tanto echamos de menos en los últimos tiempos. Seguro que a esa intervención, la de Manuel, la tratarán de demonizar desde dentro, en un paso más del control y uso mal intencionado de la actividad funcionarial de los técnicos del ayuntamiento, que en un buen número acuden a su trabajo diario incluso con miedo. Como antiguo compañero no puedo mas que sentir dolor y rabia por el triste ambiente que se ha generado en ese entorno, y sin duda lamentar la falta de transparencia y de criterios objetivos en la gestión urbanística de nuestro Ayuntamiento. Al escuchar a Manuel, vinieron a mi mente aquellos versos de Blas de Otero, que en mis años de estudiante en Granada sonaban en la voz de Paco Ibañez: Si he sufrido la sed, el hambre, todo lo que era mío y resultó ser nada, si he segado las sombras en silencio, me queda la palabra.