Marroquíes Bajos

12 mar 2017 / 11:17 H.

Ha venido James Cameron, con su documental, a poner sobre la mesa un tema trascendental para Jaén. Independientemente de que Marroquíes Bajos sea un hilo conductor que nos arraigue a La Atlántida narrada por Platón, o sea una mera suposición televisiva, pone en la palestra el poco o nulo apoyo que se da a las prospecciones arqueológicas y su conservación. En Jaén no somos mucho de respetar la historia, salvo que sean iglesias. Así, a poco que en un solar o en uno de nuestros olivares se encuentra algo, lo inmediato es esquilmar con alevosía y nocturnidad, lo siguiente o bien construir o bien pasar el arado. No somos conscientes del valor de esos yacimientos, por suerte aquí los hay a cientos, ni tan siquiera que su catalogación y conservación son una puesta en valor con beneficios económicos añadidos. Para cualquier otro sitio sería un orgullo, un plus de desarrollo; aquí somos más de ladrillo y cemento, de olivar y arado. No se si será La Atlántida, que importa, pero si que lo nuestro es como para que nos describiese Platón, puede que no nos gustase vernos