Manual de resistencia (II)

04 may 2019 / 11:22 H.

Cuando J. K. Rowling en plena precariedad vital alumbró su “Harry Potter y la piedra filosofal” no podía intuir que se convertiría en tan exitosa saga de novela fantástica. Terminar aquel primer borrador, escribiendo en cafés, ya era bastante prueba de perseverancia y de superación personal. Quizá Pedro Sánchez no quería que le escribieran un éxito editorial, pero sí quería dejar huella de sus avatares, un testimonio de sus “días difíciles”, a modo de testamento político por si las moscas. Una biografía autorizada, supervisada y escrita en renglones torcidos. La realidad, sin embargo, le tenía preparado un giro de guion notable, que la moción de censura prosperase ya fue un hito en nuestra democracia, pero hacerse fuerte en el Gobierno, olvidándose de aquellas prometidas elecciones anticipadas, también le fue propicio. Sin mácula aparente aunque saltara entre charcos considerables. Así las cosas, él, que un día tuvo que salir por la puerta del garaje de Ferraz defenestrado por los suyos, salió el pasado domingo a saludar al respetable al convertirse ya en líder fetén del socialismo español. Una liturgia de celebración que el PSOE tenía casi olvidada, cansados como estaban de escuchar la fanfarria del PP en la calle Génova. Hoy, “mutatis mutandis”, aquel exitoso palacio de cristal está en venta ante la falta de liquidez de un partido que pierde diputados con la facilidad con la que Barcenas distraía sobres con membrete. Sí, la fortuna cambió de acera y convirtió a Sánchez en digno heredero de Doña Manolita, rebautizado, sin sorna, como el nuevo rey Midas de la política española. Un nuevo superhéroe para el socialismo al que se le puede encomendar cualquier difícil gesta que se tercie. Queda, sin ambages, inaugurado un nuevo reinado y ya no será Pedro “El breve”.

Pablo Casado, por el contrario, vaga hechizado por el palacio de Génova, como si un malvado Lord Voldemor (el que no debe ser nombrado) le hubiera dejado encantado. Sin saber a qué carta atenerse para obtener un ansiado arcano electoral que, a tenor de las circunstancias y la caída en desgracia de la fórmula magistral, deparará una no corta travesía en el desierto. Sonrisas tristes en una Andalucía pepera recién ungida en la meca de la Junta y que observa cómo el juego de tronos no le resulta propicio. Episodio oscuro también este.

Sin caer en el cuento de la lechera, el alcalde Javier Márquez, bien posicionado orgánicamente allende de Despeñaperros, aseguró su puesto en el Senado, pero en el contexto actual no podrá despistarse un segundo vaya a romperse el cántaro municipal. De momento, los malos presagios del Plan General de Ordenación Urbana se confirmaron justo en el peor momento de la carrera electoral. La Justicia le para el reloj al Ayuntamiento y le hace viajar en el tiempo para jugar con cartas del siglo pasado. Cartomancia urbanística. Mientras constructores, arquitectos, aparejadores y cualquier empresario relacionado con la construcción clama en el desierto, desde el equipo de Gobierno, sin entrar en detalles, se les asegura un maná caído de no se sabe qué cielo en forma de nueva “hoja de ruta” o plan B para llegar hasta el nuevo oasis urbanístico. Ver para creerlo dirán los incrédulos que no están para milagros de última hora. Como las malas noticias tienen cierta tendencia a encadenarse, a la ciudad le cabe el dudoso honor de estar entre las más sucias de España (no es cuestión de sacar pecho por el liderazgo). Ante este panorama, con la caída de votos no frenada, el alcalde tendrá que sacar —valga la expresión— un conejo de la chistera electoral para convencer a los parroquianos más allá de su centro (geográfico) más fiel. En antagónica posición, el secretario general de los socialistas jiennenses, Francisco Reyes, ondea, de nuevo, el mapa de la provincia como máxima expresión de fe ante el calvario vivido, por extensión, de la grey socialista en estos últimos años. Cual paño de la Verónica política que atestigua que Pedro pasó por aquí. Y es que no hay Colegio de Hogwarts de Magia y Hechicería que pueda convalidar un curso entero de política en España. Pura magia.