Malos momentos

09 jun 2016 / 17:00 H.

Hablar a estas alturas de los estragos de la crisis es redundante. Son millones los que saben de ella porque la sufrieron en sus propias carnes y otros muchos millones los que la han visto merodear muy cerca.

La crisis, como las plagas de enfermedades, se ceban principalmente con los más débiles, los que tienen menos defensas. Pero nadie está exento de sufrir sus efectos, sobre todo, si se expone temerariamente. Conocemos centenares de casos de personas que atesoraron mucho dinero, fácil y de prisa, y que con la misma facilidad y más rápido aún lo perdieron. Empresarios, actores, deportistas, artistas de todas las artes que llegaron a tocar el cielo con las manos llenas de billetes cayeron abatidos por las mil circunstancias agresivas y peligrosas que acechan a quienes no saben tener medida de las cosas. Las noticias hablan estos días de que un periodista famoso, brillante y triunfador, como ha sido Jesús Quintero, está en la ruina.

Yo no sé lo que ha podido ganar este excelente profesional de la radio y la televisión con sus famosos programas, casi todos de un éxito abrumador, seguidos por millones de personas. Como periodista, lo que menos me gustó de la profesión fueron las entrevistas, a pesar de que hice cientos de ellas a futbolistas, toreros, actores y gentes de todas las profesiones y actividades. Me siguen aburriendo cuando las preguntas y las respuestas son intranscendentes, de puro formulismo. Pero siempre me gustaron las que hacía Jesús Quintero en programas como “El vagamundo”, “Cuerda de presos”, “El perro verde” y “Ratones coloraos”. Él sabía hacerlas amenas, entendibles y sabía también llevar al entrevistado a un ambiente donde se encontraba cómodo y con ganas de hablar. Quintero, que está a punto de cumplir 76 años, lleva tres años sin trabajar. Sus programas eran ambiciosos y solía llevar a ellos personas del mayor interés del momento y sacar lo mejor a otros personajes humildes, como el “Risitas” y el “Peíto”, que ofrecieron muchas sonrisas a los espectadores. Los negocios no le fueron bien y un bar de lujo y un teatro le costaron muchas pérdidas. Además, se dice de él que es un hombre poco ahorrador y bastante generoso.

Está preparando un espectáculo itinerante de entrevistas para tratar de salir del paso y poder evitar los embargos. Pues ojalá que tenga mucha suerte.