Lucha de nacionalismos

06 oct 2023 / 09:29 H.
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Ningún nacionalismo me gusta, ninguno puede gustar a quien lleva por bandera el internacionalismo y la ruptura de fronteras, pero he de confesar, ya que no dejo de vivir en el mundo en el que vivo, que echo de menos en España una articulación ideológica válida para el país. Todas las identidades son estupendas, y más cuando se apoyan en cuestiones lingüísticas, pero ¿por qué no nos sirve esta España? Hay varias fuerzas en liza, y la monarquía se impuso vía Generalísimo, frente a una república, que habría sido la consecuencia histórica justa. Mantener a los reyes es un atraso democrático, no se concibe desde ninguna lógica que no sea interesada o partidista. Cuando sales fuera, ser español es fácilmente reconocible, pero dentro del país resulta muy complicado. Hay que cogerlo con pinzas... Cualquier nacionalismo es una lacra, porque siempre responde a los beneficios de la derecha. Además del nacionalismo español, tenemos el catalán y vasco como principales fuerzas contrincantes. Ojo, si eventualmente se encuentran enfrentadas, en circunstancias diversas se unen de nuevo y santas pascuas. Cosas de la amistad, ya se sabe, que es así de caprichosa. O del poder. No se confundan. Fernando I de Aragón, llamado también Fernando de Antequera, llegó al poder sin hablar ni pizca de catalán, ni se preocupó nunca de hablarlo, y sin embargo fue aupado por las cortes catalanas, obviamente por motivos pecuniarios. Todo hay que decirlo: eran escasos los reyes medievales que se distinguieran por sus inquietudes intelectuales. De cualquier manera, los nacionalismos contemporáneos surgieron en el siglo XIX, al calor del renacer del espíritu de los pueblos, el conocido Volksgeist, un concepto acuñado en el romanticismo. Los nacionalistas catalanes comienzan fuerte en el siglo XIX, una vez que, tras la independencia de las colonias americanas, pueden ir al Nuevo Mundo a hacer negocios. Recordemos que hasta entonces les había estado vedado, primero porque Fernando el Católico no participó de la empresa de Colón, auspiciada solo por Isabel la Católica, y segundo porque perdieron la Guerra de Sucesión Española (1701-1713), ya que apoyaron al archiduque Carlos de Austria, quien perdió a manos de Felipe V, aboliendo este el modelo de la monarquía compuesta de los austrias hasta entonces vigente... Sea como fuere, la España del siglo XVI es muy distinta a la del siglo XIX, y no debemos confundir al país, aunque se llame lo mismo. Igual que no confundimos la Roma del siglo I d. C. con la Roma del siglo XXI, ¿verdad que no? Pues las dos son Roma, igual que España, quiero decir que son el mismo territorio, pero atravesadas por valores e ideologías muy diversas... A lo que voy, hablando de nacionalismos, y por mucho que pidan o pataleen, que le quede claro a la gente que nunca va a haber un referéndum de autodeterminación en ningún territorio de España, no desde luego con este modelo de Estado, y sirve esto para Cataluña y cualquier otra comunidad, región, identidad histórica o lo que sea. Para los que somos republicanos, hay que recalcar que tampoco permitiríamos la segregación de ningún otro territorio. Que conste. Esos que ahora cacarean a grito pelado que España se rompe son los mismos que hablaban catalán en la intimidad no hace tanto y daban mil y una concesiones a los Pujol y Cía. Es que no tienen vergüenza ni la han conocido.

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