Los
otros

01 feb 2019 / 12:06 H.

Cuando miro al mar, veo desolación. No veo el mar como lo que es. Veo un lugar donde la muerte es la cuna de los otros. Esos otros niños con rostros desconocidos que, según de donde sean, sus vidas valen más que la de otros. Más de 400 menores murieron en el 2018 en el Mediterráneo Central. Los niños, las personas, no deberían ser ilegales. Las cosas, sí. Las armas, los pozos ilegales, las guerras, el hambre, la destrucción, sí. Sí que deberían ilegalizarse. Todo aquello que atenta contra la humanidad. Los otros tienen sueños entre sus ojos. Cuando se montan en una patera son piratas en busca de su mejor tesoro: su vida. Y eso que sucede, debería ser solo un juego de niños y no la triste y cruel realidad. Hay muchos pozos sin patria en sus corazones. Porque da igual de donde vengan. Son solo niños y niños son. A estas alturas, todos conocen el nombre del niño del pozo, pero nadie sabe los nombres de los niños de las pateras y, aunque la palabra “ilegal” les quitó la vida a ambos, poco ya se puede hacer por sus vidas. Al final, todos son niños inocentes en un mundo de irregularidades. Un mundo injusto tal como es. Juntos todos, ahora ya, juegan por siempre en su mundo de paz.