Los nombres de Jaén

M odestia aparte, faltaría más, aunque tengo que escribirlo en esta columna titulada La Mirilla a bombo y platillo. Jaén, toma ya, ha tenido tantos nombres como olivos, y valga la exageración. Apunten, tomen nota y saquen provechosas conclusiones históricas, tan verdaderas como este reparador sol que me está calentando en este mes de noviembre. Estos son los nombres de Jaén: Elinga, Auringis, Aurgi, Advinge, Auringe, Flavia, Chién, Gaén, Gayán, Geen, Giyén, Iaén, Xauén, Yayyán, Jaenium, Jaeno, Jahén, Oringi, Gien. Ya ve, veinte nombres cargados de cultura, historia y una monumentalidad a la que le debemos respeto más admiración sin tintes fanáticos, aunque sí, demostrando a España que nuestro pasado fue un crisol de cultas civilizaciones que nos dejaron lo que somos: una tierra a la que debemos amar, de agradecidos es ser bien nacidos, porque en ello nos va nuestro carácter y nuestra forma de ser en este mosaico diverso llamado España, siempre prietamente unida, y no rota por los rompedores de la concordia, tan abundantes, tan divididores de la felicidad de los pueblos. Jaén, no lo pongan en duda ni un momento, puede enseñar a España su historia milenaria, porque no solo de olivos sabemos vivir en Jaén.