Los elegidos

18 ene 2018 / 08:19 H.

Cuando se dice de alguien que es un elegido, pensamos inevitablemente que se trata de una persona predestinada a ser diferente, destacada en alguna actividad, creativa y superior. Pero luego están los otros elegidos, los elegidos en las urnas, y ya no es lo mismo, porque rara vez a alguno de ellos les adornan las virtudes de los que fueron seleccionados por el destino. De las urnas puede salir cualquier cosa, que es lo que viene sucediendo desde hace años. Ejemplares tan singulares, estrafalarios, impredecibles y peligrosos como Donald Trump o Carles Puigdemont. Hay que tener cuidado con estos elegidos porque, sin tener la más leve bendición, se creen que están en posesión de todas las virtudes que se conocen en el mundo. Y es por eso por lo que cometen estupideces que resultan muy peligrosas por el poder que estos elegidos concentran.

La naturaleza sabe escoger mejor a los elegidos de lo que lo hacen las urnas, eso es indiscutible. Quizás porque es la naturaleza la que elige a sus beneficiados, mientras que son los seres humanos los que eligen la política para beneficiarse. Yo no estoy capacitado para discernir el misterio de esta cuestión. Eso sí, observando, de vez en cuando, sí me puedo dar cuenta de cómo actúan unos y otros. El ejemplo más cercano nos lo ha dado Celia Villalobos en sus últimas declaraciones sobre el problema candente y grave del futuro de las pensiones. Doña Celia, exalcaldesa de Málaga, exministra de Sanidad y actual diputada del Congreso, dijo que actualmente “hay gentes que están cobrando la pensión más años de los que trabajaron”, como si quisiera insinuar que había que legislar algo para que los pensionistas no duremos tanto. Ella dijo tan campante que le gustaría jubilarse a los 80. Quizás un minero, un pocero, un albañil, un bombero y muchos trabajadores de muchos oficios no estén de acuerdo. Y es que el trabajo de la señora Villalobos no es igual de exigente ni está tan mal pagado. No quedó ahí la cosa, sino que dijo que los españoles deberíamos ser más previsores y empezar ahorrando desde muy jóvenes. Y puso de ejemplo a Dinamarca, donde el sueldo medio es más del doble que el nuestro. Sugirió que si una persona empieza desde los 20 años a ahorrar dos euros cada mes, tendría una gran ayuda para la jubilación. Veinticuatro euros al año, durante 50 años, te aportarían 1.200 euros. Jubilación solucionada.