Los ejes del presidente

03 abr 2019 / 10:55 H.

Obrador, presidente de México, ha metido la pata hasta el corvejón, como decimos por estos pagos aceituneros. Pedir a España que pida disculpas por lo que ocurrió hace 500 años además de chocante y extemporáneo, resulta cuanto menos populista, demagógico y extravagante. Cantaba Atalapa Yupanqui que por no engrasar los ejes lo llamaban abandonado. Efectivamente, Obrador tiene que engrasar lo suyo, digo del pueblo mejicano, oxidados y chirriantes, que no sirven para ir en la carreta por los caminos de la concordia y el abrazo recíproco, y que sea fuerte, guate, entre dos grandes pueblos como son España y México, que precisamente este es lo que es hoy gracias a la Corona de los Reyes Católicos, cuya reina empeñó sus pertenencias para llevar al paraíso desconocido su cultura presidida por su idioma, hoy hablada, toma el frasco, Carrasco, por 500 millones de criaturas, eso sí, que viven, trabajan y sueñan tal sentencia bíblica. A veces, el populismo barato y demagógico se evapora tal pompa de jabón apretada por una mano. Que pida perdón España y bajarse los pantalones ni es razonable ni se ajusta a los hechos acaecidos por aquellas calendas. Quien debe perdonar son los descendientes de Moctezuma.