Los colores dormidos

Dicen que los colores nacieron en África. Yo creo que a veces se duermen. ¿Estás leyendo esto? Sigue porque quiero pedirte un favor, te propongo una cosa. A mí me gustan las nubes de ventanilla de avión y envidio la curiosidad diaria del sol. Hoy lector tienes que descubrir tú los colores ¿de acuerdo? ¡Ya! El verde. ¡Ahora! El amarillo. De pequeña con mi mundo sin vivir mis lápices pintaban con colores espontáneos nubes verdes y tejados azules ¿También te ocurría? Hace unos días descubrieron al cocodrilo naranja, un animal único en el mundo, que come murciélagos, saltamontes y grillos de su cueva africana, en Gabón. Y pienso también en los esquimales, quienes son capaces de distinguir en treinta tipos de color blanco para sobrevivir. Los científicos han descubierto que los colores hablan y que el universo gimió al nacer un ruido blanco. El blanco es ese silbido al buscar canales en el antiguo televisor, es cuando se oye “shshsh”. El ruido rosa es el piano, o al oír soplar “ffffff”. Estas frecuencias coloreadas sirven para crearnos un estado de ánimo. Así que ahora levanta lector tu mirada de estas pequeñas letras de periódico y averigua qué sientes, despierta qué colores tiene el día de hoy. ¿Los oyes? Por cierto, muchas gracias.