Una mujer

    28 jul 2019 / 11:23 H.

    El haber subido a la Luna está puesto en los anales de la historia como un hito, quizás como lo más colosal que ha hecho el hombre. Desde mi ignorancia, permítame mi querido amigo lector que diga que, los hitos, para que sean hitos, válgame el juego de palabras, deben tener frutos para la humanidad. Frutos para la humanidad tuvo el viaje atlántico de Colón, pues las Américas pasaron del primitivismo a la modernización; hito me parece la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano, que dieron por fin cuenta de la redondez de la tierra, con lo que eso significaba para las relaciones humanas; hitos son los descubrimientos médicos.... Pero, con todos los respetos, ¿qué buscamos con la carrera espacial?, ¿marcianos?, ¿otro planeta habitable ¡a años luz!? La Tierra, el hombre, es la joya del Universo, y es precisamente esa infinitud del Universo la que demuestra la infinita importancia del hombre para Dios, porque es el hombre el que está hecho a imagen y semejanza de Dios, no un marciano, y porque la Virgen María, que es una mujer, es la madre del hijo de Dios, de Jesucristo, que es Dios y es hombre. Todo lo demás, creo yo, es perder el tiempo y el dinero, tan necesario para tantos.