Llamando a la tierra

17 sep 2016 / 17:30 H.

La astronauta Kate Rubins contestaba a los voluntariosos alumnos del colegio Almadén de Jaén mientras la Estación Espacial Internacional divisaba el desierto del Sáhara. Sus quehaceres en la galaxia le impidieron echar el freno de mano y pararse un poco en la península y someternos a escrutinio. Desde allí, quizá se distinga con nitidez el agujero de gusano que es hoy la educación en España. Se sabe cuando empieza el curso, pero ni de lejos cómo acabará y qué sorpresas aguardarán en el recreo. Ni profesores, ni padres, ni alumnos saben qué ocurrirá con la Lomce. ¿Habrá reválida? ¿Servirá de algo?

Un misterio que el polemista Ignacio Wert, desde la siempre romántica París, nos debería desvelar, pero creado el engendro, sin consenso, se desentendió de la criatura y no dejó ni libro de instrucciones. Por cierto, una de cal y otra de arena. Bien por el Gobierno por fomentar la conciliación y la familia. La esposa del exministro tenía plaza en la OCDE, en París, y allí que le dieron trabajo a él. Como cualquier hijo de vecino. Mientras tanto, querida Kate, España dedica solo el 4,3% del PIB en Educación, por debajo de la media de la OCDE (5,2%) y de la UE (5%). Alucinas.

Las interferencias radiofónicas de la conexión de Jaén con la NASA tienen su explicación en el movimiento sísmico producido por el escrito de acusación de la Fiscalía Anticorrupción. Solicita 6 años de cárcel para el expresidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, por presuntos delitos continuados de prevaricación y de malversación de caudales públicos (punto de inflexión jurídica). Paradójico que quién, sostienen, le quiso poner el cascabel al gato se coma, vulgarmente, todo el marrón. “Y yo perdido en el tiempo, perdido en otra dimensión”, ponía letra M-Clan. También con posibles penas de cárcel los exconsejeros José Antonio Viera, Antonio Fernández y Francisco Vallejo. Gaspar Zarrías y Magdalena Álvarez se quedan en 10 años de inhabilitación para empleo y cargo público como es el caso también del expresidente Manuel Chaves. Órdago judicial de envergadura. El escrito subraya un mecanismo de ayudas aleatorias, nada fiscalizadas y que sorteaba controles de inspección porque así estaba pergeñado. El titular grueso, doloroso para los socialistas, coincide en el tiempo con la letra pequeña de la prisión por fraude fiscal del “chófer de la coca”, Juan Francisco Trujillo. El Juzgado de lo Penal número 2 de Jaén lo condena a año y medio de cárcel. El conductor del exdirector general de Empleo, Francisco Javier Guerrero, recibió dos ayudas de 450.000 euros para sociedades que nunca funcionaron y defraudó a Hacienda unos 165.000 euros. Otro emprendedor con necesidades formativas. Y esta es solo una de las condenas que vendrán, el dinero, claro, se esfumó.

De las presuntas bondades del sistema en busca de la “paz social” a los excesos de farlopa, lupanares y otros regalos que detallaba el chófer en los juzgados y que relataría con prosa sucia de “Manteca colorá” Montero González. Una especie de gran estallido, un “Big bang” corrupto en el que, al final, emerge toda la podredumbre de la condición humana y acaba con la estrella política de otros. En las altas instancias no hubo lucro, después de años de investigación queda claro, pero tampoco hubo control y por este motivo los expresidentes dieron un paso atrás ante la opinión pública. Quienes sí se lucraron con el reparto no necesitaron dar el paso atrás, porque siempre estuvieron en los bordes de la foto. Decían que en la casa de Juan Lanzas había dinero para asar una vaca y será verdad porque el expolio a las arcas públicas fue pantagruélico. El escrito de la Fiscalía mantiene que en torno a 741 millones de euros “volaron”. El largo recorrido judicial pondrá a cada uno en su lugar. Incluso sabremos si este escrito de la Fiscalía es una “chapuza”. Lo que no cabe duda es el daño hecho a Andalucía. Eso se ve hasta desde allí arriba, ¿verdad Kate?

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