Libertad y Piqué

10 mar 2019 / 11:16 H.

La libertad es un bien precioso, inherente a la naturaleza del ser humano, algo que Dios dispuso como atributo definidor de nuestros propios caminos. Pero el ejercicio de esa libertad, regalo de Dios, tiene unos mandatos divinos, y otros humanos, que es preciso respetar. Y hablando de libertad, en concreto de expresión, que se manifiesta en la capacidad de una persona para hablar con respeto, han sido polémicas las declaraciones de hace unos días del bueno de Piqué, que vino a decir, respetuosamente, que el proceso contra los dirigentes catalanes ante el Tribunal Supremo es un proceso político. Efectivamente, la libertad de expresión concede a Piqué poder decir eso, pues expone su opinión, como hacemos todos. Y claro que es un proceso político, porque es la acción política la que los ha sentado en el banquillo; pero, amigo Piqué, con el Código Penal, la Ley de Enjuiciamiento Criminal y la Constitución en la mano, y al ser todos los ciudadanos iguales ante la ley, los dirigentes catalanes no pueden dejar de ser encausados por unos delitos que contempla el Código Penal, que no es un código político. Pero que, como decía San Pablo, la perfecta Libertad es la de los que respetan a Dios.