Leyes para todos

27 jul 2017 / 11:08 H.

Por más memoria que hago, no recuerdo tener parientes de los que poder heredar algo algún día. De todas maneras, rezo para que a nadie se le ocurra incluirme en su testamento. Sería causa de muchos quebraderos de cabeza, hasta incluso de la ruina total según está el Impuesto de Sucesiones en Andalucía. Un impuesto que Susana Díaz y sus adláteres pusieron por las nubes, el más elevado de España, porque la presidenta y su partido piensan que en Andalucía sólo heredan los grandes terratenientes, los millonarios. Y no hay quien les haga bajarse del burro a pesar de que están viendo cada día cómo familias humildes se deshacen en lloros y quebrantos viéndose obligados, a centenares, a renunciar a la herencia porque se ven incapacitados de poder hacer frente al pago de los impuestos.

Si se dice, y así debe ser, que todos los ciudadanos tenemos las mismas obligaciones ante la ley, también hay que exigir que la ley sea igual para todos los españoles. Y esto parece que para Andalucía no cuenta, porque no se entiende que, por ejemplo, por un impuesto que se deba pagar en Andalucía 100 mil euros, se pague aproximadamente en Madrid, La Rioja y Cantabria unos 900 euros y en Canarias unos 70. ¿Es que todos los que heredan en nuestra región son millonarios? Así se comprende que los que heredan estén renunciando por centenares a la herencia porque no pueden hacer frente al disparatado impuesto mientras que, cuando los que heredan son los más pudientes, siempre encuentran recursos para que la cosa les salga más arregladita como, por ejemplo, el de estar empadronados en Madrid.

¿Y qué pasa con esas propiedades a las que los herederos renuncian? Pues muy posiblemente que las compran los ricos a precios de ganga. Da la impresión, que los políticos de izquierda, los que gobiernan Andalucía y velan por los débiles, equivocaron la historia y emulan a los bandoleros de leyenda, como Diego Corrientes y José María “El Tempranillo” que, se cuenta, robaban a lo ricos para dárselo a los pobres. Susana Díaz y su gobierno parecen que hacen todo lo contrario: quitar a los pobres para favorecer a los millonarios. Alguien debe poner arreglo a este despropósito. Es verdad que solemos decir que Andalucía es la última en todo, pero no es de recibo ser los primeros en esto de tener el Impuesto de Sucesiones más caro de España.