Legendarios

13 jun 2018 / 08:27 H.

Cada individuo se suele alimentar de mitos y leyendas que no solo distraen sino que suelen marcar hitos ejemplares que nos gustaría emular. Existen infinidad de héroes de ficción que nos enganchan en el cine. Normalmente, esos héroes no tienen base creíble. Pero sí la tienen esos otros que se forjan en el deporte, que alcanzan cimas de triunfos admirables que ganan nuestra admiración y a los que siempre recordamos como ejemplo. Cuando yo era un niño, oía hablar de un ciclista italiano, Fausto Coppi, a quien apodaban “El Campioníssimo”, ganador de 5 Giros y 2 Tours entre los años 40 y 50. Fue mi primer preferido en el ciclismo. Falleció, se dijo que envenenado, a los 39 años. Aún mayor fue mi admiración por el púgil americano Joe Louis, que fue campeón del mundo de los pesados en 1937 y mantuvo el título durante 12 años. También me llamaba la atención el italiano Primo Carnera, también campeón del mundo, apodado “El Gigante Bueno”, que terminó haciendo películas de gigante forzudo. Y mis primeras admiraciones en el fútbol fueron para Pelé, Garrincha y, antes, para Ricardo Zamora.

En todas las épocas salieron deportistas que marcaron la diferencia y se convirtieron en leyendas vivientes. Salen nuevos nombres que, lógicamente, por el progreso de la vida en todos los órdenes, incluso llegan a superar las grandes hazañas de aquellas inmensas figuras pioneras. Recuerdo que ya había cumplido la mayoría de edad y apenas había oído una noticia que hablara de tenis. Poco después, en los años 60, surgió Manolo Santana quien, con sus triunfos internacionales, alzó este deporte hasta los primeros lugares de la popularidad. A partir de entonces se empezó a jugar al tenis en todos los rincones de España. Tras Santana, salieron otros, algunos de los cuales también alcanzaron notables triunfos.

Hasta el año 2002, en el que surgió un chaval con 16 años que ha escrito, hasta ahora, las páginas más gloriosas del tenis español y, por qué no decirlo, internacional. Rafa Nadal. La trayectoria del tenista manacorí ha superado todas las demás y su palmarés es brillante, envidiable, como demuestran sus 17 triunfos en torneos de Grand Slam, considerado hasta por sus propios colegas internacionales, el mejor jugador del mundo en tierra batida. Rafa Nadal acaba de agrandar su leyenda al conseguir su undécimo triunfo en el torneo Roland Garros de París.