Ante un conflicto se puede adoptar una actitud resignada o beligerante. Durante la Guerra Civil Española, tanto Simone Weil como Simone de Beauvoir eran conscientes de la dimensión de la misma y su posicionamiento era claro, llegando a vestir la primera un uniforme de las Brigadas Internacionales. Dos enfoques enarbolados por dos mujeres, filósofas y con una determinación que descansaba, respectivamente, a las orillad del Ebro y del Sena. Querer encontrar la verdad no es tarea sencilla, pero la dignidad humana y el respeto a la vida no pueden ser volubles; por lo que en un periodo convulso como el que vivimos, no puede ser que cada uno cantemos un himno distinto al de nuestro vecino. Los medios de comunicación nos visten con camisetas de diferentes equipos, para no tener que mirarnos a las caras sino a los escudos, pero solo hace falta tener sentido común para darnos cuenta de que los conflictos obedecen siempre a una premisa: la lucha por los recursos. Siendo así, que sean siempre los países más ricos quienes decidan qué guerras hay que librar, es como decir que un hombre no puede decidir en su hambre y, por ende, en su libertad.
