La verbena del pueblo

04 ago 2018 / 11:16 H.

Esta noche, muchos jienenses se refugiarán de la ola de calor en la verbena de algún pueblo. Amenizan la velada orquestas que son un auténtico espectáculo. Atrás queda el dúo que tocaba cuatro palos y arrancaba a bailar con el pasodoble español. Ahora, al menos once miembros entran y salen sobre una nube de humo con diferentes atuendos, rayos láser multidireccionales, luces blancas y arcoíris, fogonazos de llamas y pirotecnia, que crean un ambiente más propio de un macro-concierto, donde tan importante es el tono del vocalista, como el extraordinario estado de forma de los bailarines. Impresiona la puesta en escena con temáticas de lo más variopintas y más que actualizadas. Al inicio se disfruta más viéndolos, aunque más tarde no son pocos los que intentan emularlos pasando de acompañar el ritmo con el movimiento del pie a mover piernas, cintura, brazos y cabeza de forma disciplinada según ordena la letra de la canción. Esta noche, podrán disfrutar de verbenas en las fiestas de Pegalajar, Lupión, Villanueva de la Reina, y no puedo olvidarme de las Fiestas de El Ojuelo. Esta pequeña aldea de Segura, en la ladera de El Yelmo, famosa por su verbena, donde se congregan multitud de visitantes de todos los lugares de la provincia. Del fresquito de la mañana, a la partida de bolos serranos de la tarde se echa el día, aliviando la sed con un trago de agua fría de la fuente. El atractivo de nuestros pueblos es grande en verano, no solo por sus lugares de ocio, sino por su gastronomía, sus paisajes y sobre todo por sus gentes. Familiares y amigos conversan al son de la chicharra diurna o la música nocturna. Que si este año hay menos gente, que cada vez más se van a la playa aprovechando las fiestas, o la falta de consenso para ver quién no bebe y lleva el coche. Las temáticas de las conversaciones son variadas. Los indicadores económicos siguen delatando diferente velocidad de recuperación en las provincias de Andalucía. Las de costa van a un ritmo y las de interior, sobre todo Córdoba y Jaén, van a otro mucho más lento. La EPA del segundo trimestre, así como el paro registrado en julio alertan de la escasa presencia de agentes generadores de empleo, a excepción del sector agrícola que apunta a frustrante sector refugio. Y eso que la campaña de aceite venidera será menor a las expectativas creadas después de la excelente primavera. Con estas, no se entiende que el precio del aceite siga tan bajo. Es importante la capacidad de producción, pero no menos clave resulta la comercialización. En cuestión de veinte años se ha triplicado la producción de aceite y el mercado la ha absorbido sin apenas atacar al precio. Menos mal que el mercado internacional se ha portado bien. Sobre todo, Estados Unidos. Por cierto, hay que ver la faena que les ha gastado Trump a la aceituna de mesa con sus políticas proteccionistas. Nada menos que un 35% de arancel y todo por proteger a los productores de California que han denunciado a los españoles de vender por debajo del precio de mercado por las subvenciones europeas. Y parece que las medidas proteccionistas seguirán pues ya ha anunciado un arancel del 20% a la importación de vehículos, lo que asegura una gran tensión comercial e incertidumbre. Argumenta el líder americano que se gastan una pasta en la OTAN para protegernos y nosotros los tratamos muy mal comercialmente. Ha amenazado hasta con salirse de la OCM (Organización Mundial del Comercio). En fin, esperemos que no se meta con el aceite de oliva y nos deje disfrutar de la verbena en paz.