La última pieza

24 ene 2018 / 09:56 H.

Parece que la pieza que faltaba para completar el puzle que significa la confección de un plantel bien compensado se ha encontrado. No quiero echar las banderas al viento, porque es pronto para asegurar nada. Pero la presencia de Pedro Bade ha potenciado el juego ofensivo del Real Jaén, que precisaba un hombre arriba capaz de aguantar el balón, jugar fácil y pisar el área con decisión. Es verdad que Mique Montes estuvo dando todo lo demandable para ser ese hombre, pero hacía falta algo más. Se intentó con Luizinho y, por lo que hemos podido ver, no era la solución. Ha costado trabajo porque se ha tenido que renovar casi a la mitad de la plantilla, pero el esfuerzo parece que está dando resultados positivos. El plantel ha quedado completo y compensado, máxime teniendo en cuenta la incorporación de Mario Martos, que sin duda dará consistencia al centro del campo.

Ahora estoy convencido de que Salva Ballesta dispone de material humano suficiente para formar un buen bloque, que debería ser superior a los equipos que venimos viendo en este grupo de Tercera División. Ya sé que esa superioridad hay que demostrarla y hacerla valer en el terreno de juego, y el fútbol es caprichoso. Pero este plantel sí inspira mayor confianza en que pueda aspirar y conseguir el objetivo deseado, máxime teniendo en cuenta que cuenta con la mayor y más entusiasta masa social de todo el grupo. El éxito hay que saber ganarlo con esfuerzo. Los milagros solo se producen de muy tarde en tarde. Y el Real Jaén parece que ahora lo tiene todo para aspirar a lo máximo. No ya por los recientes fichajes, sino porque algunos de los que están desde el principio están demostrando un claro crecimiento en su rendimiento, especialmente Víctor Armero, uno de los jugadores más básicos en la actualidad del conjunto jiennense.

Francamente Arellano, Heredia y Juan Carlos están respondiendo positivamente e incluso, de este último, cabe esperar bastante más. En resumen, en estos momentos, todos los integrantes del plantel pueden ser considerados buenos jugadores de Tercera División a los que Salva Ballesta sabrá, sin duda, sacarles el máximo rendimiento. Es un buen plantel respaldado por una afición entregada, leal e incansable, que no regateará su aliento. Eso sí, nada de dormirse en los laureles. Ya saben que camarón que se duerme...