La solidaridad

    27 may 2019 / 12:25 H.

    Claman al cielo las recientes declaraciones de algunos líderes y lideresas de Podemos, menospreciando la solidaridad con que actúa el empresario Amancio Ortega, al hacer sus donaciones voluntarias a la sanidad española. No se puede entender esa bajeza ética y moral salvo desde posturas sectarias y totalitarias, al modo venezolano, que castigan a quienes no obedecen ni acatan unos postulados. Si hay una palabra que dignifica al ser humano es la “solidaridad”. La ayuda desinteresada a los que más sufren, a los que más lo necesitan. Remontándonos unos lustros, concluiremos que la caída del comunismo en Europa, se produce gracias a la lucha de un sindicato católico polaco, llamado precisamente Solidaridad. Es conveniente recordarlo. La solidaridad es tan necesaria como el pan de cada día. Engrandece y alimenta a quien la ejerce de verdad y a diario. Es mucho más enemiga de las desigualdades que los discursos de quienes predican en público lo contrario de lo que hacen en privado. Es hostil a los engaños, a las demagogias y a los esperpentos políticos. Y muy amiga de la paz, del trabajo, de la educación y del respeto. ¿Qué sería de nuestro mundo, de nuestra existencia, si no hubiese gentes solidarias?