La Sanidad, “joya” de la Corona

24 sep 2017 / 10:18 H.

Cínicos y embusteros políticos, al más alto nivel, vienen presentando a la Sanidad Pública como “la joya de la Corona”, claro está, tras las marejadas y manifestaciones de los miles de profesionales y ciudadanos que han logrado impedir, por lo menos abiertamente, que se siga degradando a la Sanidad Pública en el intento de privatizarla o de profundizar en “recortes” que inciden en los usuarios de estos servicios. Soterradamente, varios “politicastros” han tratado de enfrentar a los profesionales sanitarios con los enfermos especialmente los más desvalidos y ancianos. De un lado, exigen a los profesionales de la medicina el trato a los enfermos no como personas y sí como un número; de otro, suprimiendo algunas prescripciones facultativas bien por su precio o bien por la abundancia de su utilización llegando hasta la amenaza de restar el salario a los médicos que no respeten las listas de medicamentos que, periódicamente, se les envía vetando su receta; también basta con asistir a las consultas de los médicos de familia y ver la cantidad de pacientes por día, amén del añadido burocrático de escribir sus historiales y, si procede, la remisión a especialistas, sin apoyo administrativo. Largas listas de espera que hacen que los pacientes deban soportar las “miserias” y dolores de enfermedades con calmantes o incomodidades insoportables. Es el caso de un enfermo al que le han hecho aguantar desde principios de julio hasta el día de hoy (y lo que quede) una sonda en el conducto urinario y al acudir, en el mes de agosto, a la consulta de Urología para tratar de que lo remitan al radiólogo para la necesaria ecografía, encuentra que no hay ningún urólogo en consulta ordinaria por encontrarse, los cinco existentes en plantilla, de vacaciones al mismo tiempo, así como la encargada de llevar la Secretaría de Urología. El enfermo con un solo riñón corre el riesgo de una infección del sano aunque me consta que, si ocurriera, se pondría demanda ante la Justicia.

Hay demasiados “gestores”en la materia, designados por los políticos, que se pliegan a las exigencias de los superiores autonómicos o nacionales, actuando dócilmente, realizando malas gestiones para los usuarios de una Sanidad honesta por la que no luchan. Todos sabemos cuáles son los últimos responsables de estos desaguisados y deberíamos exigirles que, cuando hayan cesado en sus cargos y ellos o alguno de sus familiares se vean en la necesidad de acudir a la Sanidad Pública, cambien alguna letra de la “joya”. El “vuelva usted mañana” con el que Larra ridiculizó a los funcionarios es aquí: “vuelva de aquí a unos meses o años”.