La pregunta del millón

16 oct 2017 / 10:39 H.

Está el horno para bollos en esta calurosa y atípica Feria de San Lucas en la que la pregunta del millón asaltará a quienes están metidos en el ajo de esto de lo público. Cierto es que quedan cerca de dos años para disputar un bastón de mando que, por otra parte, está que arde. Y no precisamente quema por el bochorno de un verano prolongado, sino, obviamente, por las ceñidas cuentas de un Ayuntamiento endeudado hasta las trancas. El caso es que pulula en el ambiente una cuestión que inquieta a quienes están obligados a dar la cara en aras de la responsabilidad: “¿Se presentará usted a las próximas elecciones municipales?”. La respuesta, tan ambigua como difícil, gozará de certeza en la proximidad de una inquietante cita con las urnas en la que el cansancio que provocan las heridas de guerra de quienes están en el poder tendrá que superar la frescura del que debuta.

El actual alcalde de la capital por el Partido Popular tendrá qué decidir qué quiere ser de mayor. La dirección andaluza pretende tener cerrado el mapa de candidaturas de municipios con menos de veinte mil habitantes en diciembre. Ahora bien, el de las capitales será un punto y aparte. Hay que tener en cuenta que dependen, exclusivamente, de Génova, por lo que todo hace indicar que habrá que esperar a la primavera para que florezcan. Javier Márquez tiene todas las papeletas para afrontar sus primeras quinielas electorales como candidato a la Alcaldía con la firme intención de continuar un trabajo que, poco a poco, empieza a dar sus frutos. Sus seguidores aseguran que cada vez goza de más autoridad en la fuerza política que representa y, aparte de poder presumir de un mayor grado de conocimiento, las referencias que llegan de él fuera de su tierra son mejores, incluso, que las que se escuchan dentro de ella. Un paréntesis. Hace un año acudió a la tradicional recepción que ofrecen los Reyes de España con motivo del Día de la Fiesta Nacional y se vio más perdido que el barco del arroz. Solo y sin conversación. El jueves pasado repitió experiencia y, aparte de departir con los jiennenses allí congregados, regresó a casa con la sensación de haber charlado hasta con Jesucristo. Madrid lo propondrá. Otra cosa es cómo le pille el cuerpo a la hora de llegar al “altar”. Las fuerzas flaquean cuando a la mochila no le cabe un alfiler y hay que sopesar los pros y los contras antes de que la musculatura se resienta. Claro que, tal y como está el patio en el seno del Partido Popular, él es el alcalde que menos ruido provoca entre el estruendo que tienen armado los de la provincia. No hay “aparato” que pueda controlar tanto decibelio. El tiempo dirá si Miguel Contreras, con unos cuantos frentes abiertos, cuenta con el respaldo suficiente para dar tan valiente paso.

En el otro bando, el del Partido Socialista, las miradas están puestas en el congreso del próximo sábado, en el que todo el pescado está vendido. Francisco Reyes será refrendado como líder de los socialistas jiennenses y, aunque está por ver quién será su segundo de a bordo, la cita será lo más parecido a una balsa de aceite. El “tomate” estará en el congreso local. Será clave conocer quién ostentará el cargo de secretario general del PSOE de Jaén para sospechar por dónde pueden ir los tiros con vistas a las elecciones de 2019. Manuel Fernández Palomino se muestra siempre a disposición, pero sus viajes por todo el mundo como diputado de Turismo lo tienen demasiado centrado en una Administración que nada tiene que ver con el Ayuntamiento. Habrá que subrayar la pregunta del millón al parlamentario Julio Millán.