La madre que parió
a Séneca

27 nov 2018 / 11:56 H.

Helvia Albina, la matrona que dio a luz a una de las grandes mentes del Imperio Romano, nació por el 20 A.C. en Urgavo, es decir, en Arjona. Se crió en una muy buena familia que la educó con letras y conocimientos hasta los 13-14 años. La mandaron entonces “pá” Córdoba y la casaron con un señor mayor que decía que eso de estudiar era “pá” los tres hijos que ya le había hecho: Novato, Séneca y Mela. El hombre murió pronto. Y Helvia hizo lo que cualquier madre: irse a Roma, que allí estaban sus niños estudiando. Novato consiguió ser magistrado. Séneca empezó a meterse en problemas con Claudio y Nerón. Y Mela, más tranquilo en Córdoba, le dio un ilustre nieto, Lucano. El filósofo estoico y su madre se adoraban. Así lo dejó por escrito Séneca, cuando estaba desterrado en Córcega, en la “Consolación a Helvia”: “Ojalá mi padre, el mejor de los maridos, menos entregado a las costumbres de sus mayores, hubiese querido que tuvieses no un roce, sino una profunda compenetración con los preceptos de la sabiduría”. Solo una estatua en Arjona y una calle en Córdoba reconocen hoy a Helvia Albina. Una matrona decenas de imperios por delante del suyo, madre y abuela de ilustres romanos de la Bética.