La llamada de la selva

06 abr 2019 / 11:17 H.

Era cuestión de marcar territorio y así quedó retratada una escena de campaña a la que solo le faltaba la locución de David Attenborough, el científico y divulgador naturalista que tanto nos ha enseñado a conocer los secretos de la vida salvaje. Ocurrió en Jaén, ese paraíso interior, reserva provincial socialista, que es parada obligada para cualquier candidato que se precie del socialismo patrio. El presidente y candidato del PSOE, Pedro Sánchez, que hizo de la migración forzosa su manual de resistencia, bajó en mitin programado al feudo de una Susana Díaz, zaherida en la bancada de la oposición, pero que resiste los movimientos de ataque, de su propia manada, con los que pretenden apartarla del liderazgo de la sabana andaluza. Aprovechando que el rey león pasaba por este desfiladero, Díaz se vistió para la ocasión y lanzó un mensaje cristalino en su relación con el ahora macho alfa. No estoy hibernando. La sonrisa de mitin era obligada, pero el león que lucía aguarda con mirada impasible, pendiente de poner en marcha su mecanismo depredador en cuanto cualquier gamo político se descuide un ápice. Sin duda, el felino era el mensaje. Así las cosas la liturgia marcaba estar juntos, sin lisonjas públicas que sonaran impostadas, pero con toda la electricidad estática que arrastran en tan tormentosa relación. Las inminentes elecciones obligan a cazar votos de manera coordinada, atrás tienen que quedar los arañazos por la imposición del secretario general de sus “nombres” en las listas andaluzas. Está escrito que la vida de las leonas, sobre todo en estado salvaje, es más prolongada que la de los pendencieros leones. Leyes naturales.

Bueno, de vuelta al momento captado, el resto de la concurrencia quedó como los suricatos, en posición erguida, expectantes ante la posibilidad de un último desplante, una refriega épica en la que dirimir el liderazgo. Lógicamente ese espectáculo de la naturaleza no es en abierto y habrá que dejarlo para sucesivos episodios. La voracidad de los ataques dependerá, y mucho, de los resultados electorales. En Andalucía, aún se lamen las heridas cuando a dentelladas exigían renovación desde Ferraz. Ahora se espera, sin necesidad de estar agazapados.

Es la llamada de la selva política. Una marabunta ingobernable. Que se lo digan a la candidata, por fin, de Ciudadanos, María Cantos, que penaba por la anaranjada estepa esperando el cambio de ciclo lunar que le permitiera quitarse las dudas internas y externas, porque las parejas de baile político quieren aprender los pasos cuanto antes. Y el día de la puesta de largo, el horizonte se nubla como si una mano amiga torciera la secuencia de los acontecimientos. Así la dirección nacional de Ciudadanos confirmaba como cabeza de lista a la Alcaldía de Jaén y mientras ella relataba, en rueda de prensa, su “sueño cumplido”, el líder andaluz y vicepresidente, Juan Marín, de amigable ronda por el Ayuntamiento (PP) y Diputación (PSOE), ponía cara de póquer para afearle la conducta por sus “prisas” de esta semana para que la ratificaran cuanto antes y desconocía, por lo tanto, que ya había sido propuesta. Un “sindiós”, Albert. Para poner broche ¿musical?, un ciudadano anónimo, pero, sin duda, cabreado le crea un vídeo-parodia, con música de Yurena (para los no iniciados en el bel canto, Tamara), bajo la sugerente y pegadiza letra de “No cambié”. Una cosa es lidiar con las asociaciones de vecinos, en su etapa al frente de la Federación de Asociaciones de Vecinos OCO; crear “Jaeneros”, como plataforma, y otra distinta bajar a la arena política, con lo enfangada que está la cosa pública. El ascenso meteórico, o fichaje “ad hoc”, en Cs dejó liderazgos huérfanos de cariño que aguardan con sigilo su oportunidad por si la selección natural y la adaptación al medio acaban con la, ahora sí, candidata por Jaén. Darwinismo social, político y animal. La llamada de la selva.