La ley de
la ventaja

10 nov 2018 / 10:42 H.

La pelota llegó muerta a la zocata del delantero que, justo antes de rematar, fue zancadilleado por el defensa. Leñazo dentro del área y penalti que señaló el juez del partido. Todo el graderío se puso en pie de alegría. Por primera vez, en lo que llevamos de interminable campeonato, la pena máxima no era contra nuestra portería. Se presentaba, por fin, la oportunidad de marcarle un gol al equipo mejor pagado de la liga. Con la esperanza puesta en la zurda de nuestro delantero y seguros de la victoria, solo quedaba ver el balón entrar a la puerta del contrario. Y fue entonces cuando le sonó al árbitro el pinganillo de la oreja. Enseguida interrumpió el lanzamiento y, después de unos minutos de conversación con los jueces del VAR, anuló el penalti y mandó que continuara el juego. No nos lo podíamos creer, de nuevo al otro equipo le dan la razón, y otra vez vuelven a quitarnos lo que por ley ya era nuestro. Con la certeza de saberse estafado, el público abandona el estadio con el mismo sabor de anteriores derrotas. Si no supieran que hablo de un lance en el fútbol, parecería que les estoy narrando de la polémica jugada del Tribunal Supremo.