La “haka” de Reyes

21 oct 2017 / 11:18 H.

Llega el Congreso del PSOE como una balsa de aceite. Todo decantado, casi filtrado ya, con unas primarias que no llegaron a catar ni el grado de acidez en el partido, ya que las exigencias de avales eran muy altas y ni se barajó la mezcla de última hora entre Valeriano Bermúdez y Félix Manzaneda, de la cuerda de aquel náufrago que fue Pedro Sánchez. El PSOE de Jaén tiene la denominación de origen propia de Francisco Reyes y ese aroma no tiene contestación ni en avales ni, por lo tanto, en la militancia. Sabor único, picual, intenso. Sí, que, en ocasiones, pica, pero al que ya se le coge el gusto fuera de Jaén. Por lo tanto, todos de acuerdo en lo relevante, queda discernir el pulso a la hora de regar la ensalada de la ejecutiva provincial. Los codazos últimos de San Lucas son un dejarse ver para estar en las quinielas, aunque la suerte esté echada y el albero solo sirva para recordar aquello de “qué hay de lo mío” y “si no toca hoy, tocará mañana”. La alcaldesa de Torredelcampo, Francisca Medina, pide paso apoyada en su gestión municipal y, no menos importante, en la legión de militantes de una agrupación local siempre potente. Alcaldesas jóvenes y cargos sacan la cabeza y si Zidane mueve el banquillo buscando la mezcla entre veteranos y noveles, otro tanto hará el líder socialista. Salvados los equilibrios comarcales, los grandes premios y los de consolación, será el PSOE el que también tendrá que ponerse nuevas metas. Un equipo ganador no puede perder el gen competitivo, lo que los futboleros llaman “hambre de victoria”. Pero para tocarla como Isco Alarcón, hace falta jugar mucho en la calle, mezclarse con los traviesos del barrio. Por eso sonó mal que el secretario de organización, Jacinto Viedma, abriera la puerta del Congreso, como siempre, a entidades como sindicatos y organizaciones agrarias, ya consolidadas y con legitimidad (sic) en detrimento, entendemos, de otras, sin rancio abolengo, como “Jaén Merece más”, “Plataforma por la Sanidad” o “Todos a una por Linares”. Hubiera quedado muy elegante invitar a sus representantes y de camino tomarles el pulso. “Las mismas caras, los mismos gestos” que cantaba Barricada o el temido onanismo institucional. La sociedad civil a la que se apela en tanto discurso fatuo es también aquella que, de tarde en tarde, protesta.

De vuelta al discurso ganador, y al margen de las ponencias que toquen arrebato, será Reyes el motivador de la tropa para impedir que se acomode. La “haka” del maorí de Bedmar debe contagiar a toda la ejecutiva: “Doblen las rodillas, golpeen los muslos con las manos. Somos unos con esta tierra. Haremos vibrar esta tierra... Es nuestra hora, es nuestro momento. Llegaremos a lo más alto”. (Aplausos).

La modernidad, definitivamente, como el otoño, llega a la capital del Santo Reino. Se resistía, como la hoja que se queda sola en la rama. Es un salto sin red, es ponernos a la vanguardia de las ciudades europeas. De cero a cien. El equipo de Gobierno de Jaén valora, por primera vez, eliminar los tornos de los autobuses públicos urbanos. Este histórico ábaco de recuento de pasajeros, ese santo y seña de la prehistoria ciudadana; esa pieza única del Jaén cañí amenaza con pasar a la historia. Se fue de nuestro patrimonio sentimental la cerveza El Alkázar y ahora los tornos de Autobuses Castillo. No hay derecho. Un pueblo sin referentes, sin identidad, acaba a la deriva. Dicen que son cosas del futuro, cambios necesarios y que por lo visto en otras ciudades funcionan así. De locos. Una vez aceptada la implantación del billete de transbordo y de líneas circulares (¡Eureka!), Jaén está imparable o ¿eso era Andalucía?